[Escrito el 10 de junio de 2021]
El senador Antonio Marte, presidente de la
Central Nacional de Organizaciones del Transporte (Conatra), señaló que el
Corredor de la Núñez de Cáceres no es rentable debido a la reducción de los
pasajeros y el alza de los combustibles. En consecuencia, solicitó a las
autoridades que les transfieran recursos públicos para compensar ese déficit
financiero.
Ese Corredor es una alianza público-privada
enmarcada por la ley No. 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y
Seguridad Vial de la República Dominicana. De acuerdo con el senador Marte, en
el acuerdo con el gobierno se fundamentó en una proyección de 12,000 pasajeros
diarios y que sólo se están montando entre cinco y seis mil pasajeros. Por
tanto, afirma que hay una reducción de siete mil pasajeros con relación a lo
proyectado, que afecta significativamente su viabilidad financiera, la cual se
agrava debido al aumento del precio del gasoil de 130 pesos por galón a 185
pesos.
Lo planteado por Antonio Marte revela que esa
alianza público-privada constituye el primer agujero financiero -de ese tipo-
del gobierno de Abinader.
De esa experiencia se desprenden varias
lecciones que deben ser tomadas en consideración para futuras relaciones del
gobierno con el sector privado, como las que se desarrollarán en los próximos
meses en el marco de la Ley 47-20 de Alianzas Público-Privadas.
En primer lugar, la selección del socio privado
debe hacerse mediante la competencia entre los posibles oferentes. Esto
asegurará el mejor acuerdo posible a favor del Estado.
Hay que establecer claramente la distribución
de los riesgos entre el sector privado y el público. Es necesario acordar, por
ejemplo, que, en caso de que no haya suficientes ingresos, el gobierno se hará
cargo del completivo necesario para cubrir los gastos operativos y del servicio
de la deuda que se incurrió para ponerlo en funcionamiento, pero no del retorno
del capital privado invertido.
Los acuerdos deben incluir que el sector
privado debe absorber parte de los riesgos, lo cual lo estimulará a operar eficientemente
el servicio. Esto será positivo para las partes y los usuarios del servicio.
Por último, el contrato entre las partes debe
ser preciso e incluir todos los posibles escenarios de mercado. De esa manera
nadie tendrá que salir a la prensa a solicitar pagos adicionales. El contrato
es el que debe hablar y permitir la solución de cualquier problema de manera
rápida y transparente.
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