[Escrito el 12 de noviembre de 2015]
Ayer
comenté que, al terminar su visita, el Fondo Monetario Internacional le hará
recomendaciones de política económica al gobierno.
El Fondo pedirá
a las autoridades que continúen con la consolidación fiscal. Eso significa que
aumenten los ingresos tributarios y reduzcan los gastos públicos, con el
objetivo de que la deuda pública como porcentaje del PIB comience a disminuir.
Para
aumentar los ingresos el FMI recomendará la reducción del gasto tributario que
representa más de 6.5% del PIB. Esto implica un análisis costo-beneficio de
todas las exoneraciones para determinar si su impacto sobre el desarrollo
económico y social es favorable.
Para contraer
los gastos públicos el Fondo recomendará la disminución del déficit del sector
eléctrico. Ese déficit sigue siendo el principal problema de las finanzas del
Estado, por lo cual el Fondo recomendará –aunque sea entre líneas- un aumento
de la tarifa de electricidad.
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Por otra
parte, el comunicado del organismo internacional reconocerá que los indicadores
del sistema financiero son positivos. Apoyará el trabajo de la Superintendencia
de Bancos, la cual ha fortalecido su capacidad de supervisión basada en
riesgos. Cabe destacar que ese buen trabajo del organismo supervisor se traduce
en menores riesgos de crédito, liquidez, mercado y operativo, favoreciendo a
los depositantes.
En resumen,
2015 será un buen año en términos económicos. Algunos me dirán que sus
bolsillos no se enteran de que así ha sido. Lamentablemente, ese es el problema
de los agregados macroeconómicos que esconden la desigualdad de la distribución
los ingresos.