[Escrito el 30 de diciembre de 2022]
Los principales índices bursátiles de los Estados Unidos cayeron hoy de
nuevo, cerrando el año con un comportamiento terrible. El S&P 500
retrocedió 19.4%, la peor caída desde 2008 cuando descendió 38.5%. El Dow cayó
8.8% y el Nasdaq, que agrupa las empresas tecnológicas, se desplomó en 33.1%.
El apriete monetario ejecutado por la Reserva Federal para enfrentar la
inflación explica gran parte de la destrucción de riqueza financiera.
Cabe recordar que este año la tasa de inflación en los Estados Unidos se
colocó en el nivel más elevado desde 1981, al situarse en 9.1% en junio. En
octubre, la eurozona alcanzó una tasa de inflación de 10.6% y el Reino Unido se
colocó en 11.1%, también las tasas más elevadas desde inicio de los años
ochenta.
Para enfrentar ese proceso inflacionario, el banco central de los
Estados Unidos elevó este año en 425 puntos básicos la tasa de interés de
referencia, situándola entre 4.25% y 4.5%. Esto empujó hacia arriba la tasa de
interés de las Notas del Tesoro, así como otras tasas de interés, como las
hipotecarias, que llegaron a subir por encima de 7%, provocando una
significativa desaceleración de la actividad económica. El Banco Central
Europeo y el Banco de Inglaterra aumentaron la tasa de interés de referencia en
250 puntos básicos y 325 puntos básicos, respectivamente.
El incremento de la tasa de interés, junto al menor ritmo de crecimiento
del flujo libre de efectivo de los negocios, tiende a disminuir el valor de las
acciones, llevando a los inversionistas a desprenderse de ellas.
Los precios de las acciones de las empresas tecnológicas, muchos de los
cuales subieron exponencialmente durante la pandemia, registraron una caída
brutal en 2022. Hace unos días les hablé de Tesla, que perdió este año 65.1% de
su valor; Meta (Facebook), -64.2%; Zoom, -63.2%; Amazon, -49.7%; y Alphabet
(Google), -38.9%; entre otras. El inversionista que se quedó con esas acciones
en su portafolio sufrió una pérdida de riqueza financiera significativa con
relación al patrimonio que tenía al inicio del año.
Esa menor riqueza, junto a una mayor tasa de interés de equilibrio, se
traducirá en una reducción de la demanda agregada en 2023. En consecuencia, se
proyecta un descenso del crecimiento económico a nivel global y una posible
recesión en Estados Unidos, la eurozona y el Reino Unido, que son importantes
socios comerciales de la República Dominicana. Ante esa realidad se puede decir
que este año 2023 que inicia será muy complicado en términos económicos.