[Escrito el 29 de mayo de 2023]
Recientemente el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo puso
a circular el Boletín de Estadísticas Oficiales de Pobreza Monetaria en
República Dominicana 2022. En ese informe se actualiza la metodología de
estimación de la pobreza y desigualdad de ingresos y se obtiene como resultado
que la incidencia de la pobreza monetaria se redujo de 30.7% en 2021 a 27.7% en
2022.
Ese nivel de pobreza registrado el año anterior es superior al
prepandémico, específicamente al correspondiente a 2019, que se situó en
25.8%. Esto demuestra que la incidencia de pobreza, aun cuando se ha reducido,
sigue siendo más elevada que antes de que el covid-19 golpeara la economía
nacional.
La metodología que se utilizaba anteriormente se elaboró en 2012,
fundamentándose en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de
2007. La metodología actual utiliza la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos
de los Hogares realizada en 2018 y publicada por el Banco Central en 2020. Esto
implica la inclusión de un nuevo patrón de consumo e ingresos de los hogares, incluyendo
transferencias en especie, como el Programa de Alimentación Escolar.
Esos nuevos datos de consumo permitieron cuantificar nuevas líneas de
pobreza, no sólo a nivel nacional, urbano y rural, como existía previamente,
sino a nivel de macrorregiones con mayor precisión. Esa nueva información
permite determinar con mayor precisión cuál es la cantidad de hogares que
tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza y, por tanto, son
considerados como pobres. A nivel nacional, la línea de pobreza general por
hogar para 2022 se colocó en 22,176 pesos mensuales. Y al hacer el cálculo a
nivel de macrorregiones se obtiene que la región norte o Cibao es la que tiene
menor incidencia de pobreza con 21.3% y la región Ozama es la que presenta
mayor pobreza con 34.1%.
La reducción de la pobreza registrada entre 2021 y 2022 se explica por la
disminución de la desigualdad de ingresos y por el aumento del ingreso laboral promedio
de los hogares. Esto se logró mediante el incremento del empleo en ese período,
lo cual le brindó la oportunidad a las personas de un mismo hogar a una fuente
adicional de ingresos laborales.
Quiero concluir señalando que, para que la pobreza se reduzca de manera
acelerada y permanente hay que mejorar el nivel educativo de la población. El
reto comienza en elevar la calidad del magisterio. Un buen maestro se mide por
lo que aprenden los estudiantes. El pobre desempeño que alcanzan los
estudiantes dominicanos en las pruebas estandarizadas internacionales, como la
prueba PISA que evalúa el conocimiento de matemáticas, ciencias y lectura comprensiva,
revela que hay un gran camino por recorrer.