El gobernador del banco central, Héctor Valdez Albizu, sacó sus cañones monetarios y adoptó ayer en la tarde medidas para estabilizar el tipo de cambio.
La tasa de interés de política monetaria,
que sirve para fijar las tasas de interés del mercado, se incrementará en 200
puntos básicos. Esto significa que subirá de 4.25% a 6.25%, el mayor incremento
relativo desde el año 2004.
Ese incremento de la tasa de interés de política monetaria
significa que el banco central volvió a dar un mayor peso al tipo de cambio en
su función de reacción definida por la fórmula Taylor-Valdez. En la siguiente
gráfica se puede notar cómo el tipo de cambio estaba por encima de su tendencia
desde noviembre de 2012 y aceleró ese comportamiento ascendente desde mayo de
2013 –cuando se decidió liberar 20 mil millones de pesos de encaje y reducir en
75 puntos básicos la tasa de interés de política monetaria. En los meses comprendidos entre junio y
agosto de 2013 el banco central otorgó más importancia al crecimiento económico que al
tipo de cambio. Cabe recordar que el crecimiento actual (1.6% en el primer
semestre) está muy por debajo del crecimiento del PIB potencial (5.4%). La
decisión adoptada ayer es un reflejo de que se cambiaron las ponderaciones de la
fórmula que define las tasas de interés en función del crecimiento económico,
inflación y tipo de cambio.
El aumento de la tasa de política monetaria incrementará las
tasas de interés activas y pasivas. Esto, al aumentar la tasa de interés en
términos reales, estimulará el ahorro en pesos, el cual se había desincentivado
con el impuesto de un 10% sobre los ingresos por intereses establecido en la
más reciente reforma tributaria.
El gobernador también anunció que colocó certificados de
renta fija por una suma de 2,861 millones de pesos, casi el doble de lo
originalmente previsto. Esto se traducirá en menor cantidad de pesos en
circulación, quitándole presión a la demanda de divisas.
Además, Héctor Valdez declaró que el banco central
participará activamente en el mercado de divisas con el objetivo de reducir la
volatilidad cambiaria. El organismo emisor dispone de 3,555 millones de
reservas internacionales, equivalente al 100% de la base monetaria restringida,
para devolver el tipo de cambio a su
nivel normal.
Con esas medidas monetarias se busca que “las personas que
han estado apostando a la devaluación del peso tengan que vender los dólares
que han acaparado.” Yo pienso que el mercado se estabilizaría si se consigue que
los agentes económicos decidan mantener inalterada (o incrementar ligeramente)
su demanda de títulos denominados en pesos.
Dado que otras monedas de América Latina se han estado depreciando, lo ideal en el caso dominicano es reducir la volatilidad y la incertidumbre que afecta el tipo de cambio. Una apreciación excesiva del peso tampoco es conveniente, pues se perdería competitividad.
Las medidas monetarias adoptadas tendrán como costo un menor
ritmo de crecimiento económico. El aumento de las tasas de interés hará más
difícil que el producto interno bruto pueda crecer al ritmo previsto de un 3%
en el año 2013.