[Escrito el 26 de septiembre de 2014]
En vez de política industrial, ahora se utiliza el término
“políticas de desarrollo productivo.” Así se puede leer en un documento del
Banco Interamericano de Desarrollo, reseñado por la revista The Economist, y
que lleva por título “Repensando el Desarrollo Productivo.”
En ese estudio se analizan los fallos del mercado que
impiden la transformación productiva y se estudian los fallos de las
intervenciones del Estado que pueden provocar que el remedio sea peor que la
enfermedad.
Uno de los elementos más importantes para alcanzar un
elevado nivel de desarrollo productivo es el fortalecimiento institucional, que
obviamente se sustenta sobre una población bien educada. Esas instituciones
deben ser capaces de estimular el ahorro, la inversión, el empleo y la producción.
Esto permitiría mejorar la productividad, condición indispensable para reducir
la pobreza y mejorar la equidad de la distribución de la renta.
De acuerdo a Gustavo Crespi, Eduardo Fernández-Arias y
Ernesto Stein, autores de la investigación del BID, a Latinoamérica le falta
innovar. Para promover esa innovación se pueden y deben aplicar incentivos
impositivos que estimulen la investigación conjunta de las empresas y las
universidades.
Asimismo, es indispensable la cooperación entre los sectores
público y privado. El Estado debe reducir el costo de hacer negocios con el
objetivo de promover un uso eficiente de recursos y la creación de empleo. De
esa manera la economía iría generando mayor dinamismo, innovación y capacidad
de mejorar la calidad de vida de toda la población.