jueves, 18 de septiembre de 2014

Crecimiento, educación y desigualdad

En un estudio elaborado por economistas del Fondo Monetario Internacional se verificó que el crecimiento del producto interno bruto reduce la desigualdad. Específicamente, se cuantificó que un 1% de crecimiento del PIB reduce el coeficiente de desigualdad de Gini en 0.08 puntos porcentuales.

Una de las coautoras, Era Dabla-Norris, señaló que la relación entre el crecimiento económico y la desigualdad se verifica tanto en países desarrollados como en los menos avanzados. Sin embargo, se observa que la magnitud del impacto es menor en América Latina y en Asia.

Un aspecto a resaltar de la investigación, que lleva por título “Renta Nacional y su Distribución,” es que la educación es el principal mecanismo de transmisión de los beneficios del crecimiento económico. Incluso se sostiene que la importancia de la educación, para reducir la desigualdad de los ingresos, es superior al gasto público en general o al desarrollo del sistema financiero.

Dabla-Norris indica que “una mejor educación es la mejor política para ayudar a los países a evitar un aumento de la desigualdad que, por lo general, resulta del cambio tecnológico y la globalización.”


Esa afirmación me lleva a recordar un estudio que realicé hacia finales de los años noventa donde estimé, utilizando un modelo de equilibrio general computable, cómo la apertura comercial mejoraría relativamente más los ingresos de los trabajadores más calificados, aumentando la desigualdad. Y recomendé  que se incrementase la inversión en educación para aprovechar así las bondades de la globalización y crear una sociedad más justa. 

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