[Escrito el 8 e mayo de 2023]
La discusión sobre el techo de la deuda federal de los Estados Unidos
entre la Casa Blanca y el Congreso puede provocar un nuevo evento de crisis
global. Llegar a ese límite máximo de endeudamiento, que pudiera ocurrir el
primero de junio, significa que el gobierno estadounidense no tendría efectivo
para pagar salarios, pensiones o incluso honrar los intereses de la deuda
pública.
Janet Yellen, la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, ha
declarado que si el Congreso no eleva el techo de la deuda federal, que
actualmente se coloca en 31.4 millones de millones de dólares, se pudiera
generar una crisis constitucional con repercusiones económicas y financieras
catastróficas. Un incumplimiento de la deuda pública de los Estados Unidos
provocaría que su tasa rendimiento no sea considerada como libre de riesgo,
sufriendo a partir de ese momento una rebaja de su calificación crediticia y un
significativo aumento del costo de endeudamiento.
Los congresistas republicanos desean que se apruebe una reducción de gastos,
que ellos consideran no importantes, a cambio de elevar el techo de la deuda. Durante
la presidencia de Barack Obama fue necesario ceder ante el Congreso mediante el
recorte de gastos para lograr que se incrementase el techo de la deuda pública.
En 2011, la calificadora S&P redujo la calificación del gobierno
estadounidense, lo cual aumentó en 1,300 millones de dólares el costo del
servicio de la deuda en ese año.
En esta ocasión el presidente Joe Biden no quiere aceptar el recorte de
gastos. Si la Casa Blanca no llega a un acuerdo con el Congreso, se especula sobre
la posibilidad de que la administración Biden invoque la Decimocuarta Enmienda
a la Constitución de los Estados Unidos que permitiría seguir emitiendo deuda
para pagar a los beneficiarios de la seguridad social, a los tenedores de bonos
y a los empleados gubernamentales, entre otros. La Sección 4 de esa Enmienda
establece: “La validez de la deuda púbica de los Estados Unidos, autorizada por
ley, incluyendo deudas contraídas para el pago de pensiones…, no deberá ser
cuestionada.” Como se observa, ese artículo puede ser sujeto de múltiples
interpretaciones por expertos constitucionalistas, lo cual puede ser una opción
“no buena,” como la calificó la secretaria Yellen.
Espero, por el bien de la economía mundial, que se llegue a un acuerdo
antes del primero de junio que evite el incumplimiento de la deuda federal y su
conversión en “deuda basura.”
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