[Escrito el 19 de diciembre de 2022]
El sector público no financiero tiene depósitos en el sistema bancario
consolidado por 409 mil millones de pesos, equivalente a 6.6% del PIB. De
acuerdo con un interesante artículo publicado hoy por el doctor Andrés Dauhajre,
hijo en el periódico El Caribe, esa suma constituye un récord de disponibilidad
de recursos líquidos propiedad del gobierno. Entre septiembre de 2020 y octubre
de 2022, esos depósitos se multiplicaron por un factor de cinco, equivalente a
un aumento absoluto de 328 mil millones de pesos. Nunca en la historia
dominicana había sucedido algo similar.
Cabe recordar que el Poder Ejecutivo envió recientemente al Congreso
Nacional la solicitud de aprobación de la emisión de bonos globales y
domésticos por la suma de 363 mil millones de pesos. Los recursos obtenidos
mediante la colocación de esa deuda pública se utilizarían para amortizar la
deuda que vence en 2023, financiar el déficit fiscal, reducir el saldo de las
cuentas por pagar del gobierno y aumentar los activos financieros del Gobierno
Central.
Ante el excesivo nivel de depósitos del gobierno, el doctor Dauhajre
recomienda que se haga una pausa en la emisión de deuda pública y que se
utilicen esos recursos que posee el gobierno en el sistema bancario consolidado
para pagar la totalidad, o al menos parte, del servicio de la deuda pública
durante el año 2023, así como financiar el déficit público del año que
comienza. Esa estrategia tendría como resultado final la disminución de los
depósitos del gobierno en el sistema bancario, el aumento del volumen de
certificados financieros emitidos por el Banco Central y/o una disminución de
las reservas internacionales netas del organismo emisor.
En caso de que las autoridades decidan emitir en 2023 deuda pública en
el mercado global y doméstico, pudiera ejecutarse una medida que permitiría un
uso más eficiente de los depósitos en exceso que tiene el gobierno en el
sistema bancario.
Específicamente, una parte significativa de esos depósitos del gobierno
se pudiesen utilizar para capitalizar el Banco Central. Esa operación se haría a
través de un conjunto de asientos contables entre el sistema bancario, el
Ministerio de Hacienda y el Banco Central. Por el lado de los activos, el
gobierno sustituiría el exceso de depósitos que tiene en el sistema bancario
por una posición patrimonial en el Banco Central. El monto total de
certificados financieros emitidos por el Banco Central disminuiría, aumentando
el valor de su patrimonio, quedando constante las reservas internacionales
netas. El monto de certificados financieros del Banco Central que se reduciría
sería la contrapartida de la disminución del excedente de depósitos que tiene
el gobierno en el sistema bancario y que sería registrado como aporte
patrimonial en el Banco Central.
Esa operación de capitalización del Banco Central enviaría un buen
mensaje a los mercados de capitales y a las firmas calificadoras de riesgo,
reduciéndose la prima de riesgo de la deuda soberana.
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