[Escrito el 9 de noviembre de 2015]
Brasil la
está pasando mal. La semana pasada colapsaron dos diques con 60 millones de
metros cúbicos de agua repleta de residuos de una mina de oro, en el estado de
Minas Gerais. Esa tragedia provocó la muerte de cuatro personas, decenas de
desaparecidos y más de 600 damnificados en el pueblo Bento Rodrigues, que fue
arrasado por el lodo.
Ante esa
tragedia, en el día de hoy muchos inversionistas decidieron desprenderse de las
acciones de la empresa anglo-australiana BHP Billiton, una de las mineras más
importantes del mundo, provocando la disminución de su precio en 2.43%. Los
directivos de la compañía señalaron al Wall Street Journal que la empresa
Samarco, de la cual ella es socia 50/50 con la empresa Vale, SA, es totalmente
responsable de la operación de la mina de oro.
El gobierno
brasileño decidió embargar hoy lunes todas las actividades de Samarco en el
estado de Minas Gerais, hasta tanto se determinen todos los daños a la
población y al medio ambiente.
Pero eso no
es todo en Brasil. La información del buen desempeño del mercado laboral de los
Estados Unidos conocida el pasado viernes provocó una fuerte depreciación del
real. La reacción del banco central fue la venta de más de mil millones de
dólares de sus reservas internacionales para revertir la pérdida de valor de la
moneda brasileña ante la expectativa de que aumentará la tasa de interés en los
Estados Unidos. Para este año se prevé que el PIB brasileño caerá en 3.1% y la
inflación rondará alrededor del 10%.
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