[Escrito el 27 de diciembre de 2021]
El 11 de noviembre pasado comenté que la tasa de crecimiento del PIB
proyectada para 2021 quedaría en el entorno del 11.1%. Señalé también que esa
expansión de las actividades productivas se explicaba fundamentalmente por la
política monetaria ejecutada por el Banco Central de la República Dominicana y
por un conjunto de factores externos, como es el extraordinario aporte de las
remesas a la demanda agregada nacional.
Esa predicción de la evolución del PIB se realizó con la información
disponible hasta el mes de octubre de este año. Hoy se tiene acceso a un
conjunto de indicadores preliminares que permite incluir en el análisis del PIB
información correspondiente a los meses de noviembre y diciembre. Queda claro
que en esos dos meses se ha acelerado la demanda agregada, tanto la privada
como la pública.
Vista esa información, se puede señalar que la tasa de crecimiento del
PIB real proyectada se ha movido hacia arriba, quedando su centro en 11.5%.
Esto implica que la tasa que se observará al final de período 2021, cuando el
dato del IMAE de diciembre se publique en enero de 2022, podría quedar en el entorno
de 11.1% y 11.9%. Con relación al año de 2019, la recuperación de 2021 colocará
el PIB cuatro puntos porcentuales por encima del observado en ese año pre
pandémico. Un logro muy significativo. [Actualización al 29 de diciembre de 2021: El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez, informó que la economía dominicana se expandió en 13.1% en noviembre y que se proyecta una tasa de crecimiento anual del PIB real superior al 12%.]
El reto para 2022 es que se pueda sostener una política económica,
monetaria y fiscal, que permita crecer por encima del potencial del 5% con el
objetivo de acercarse más a la tendencia de crecimiento que existía antes de la
pandemia. Por ejemplo, si se creciera a una tasa promedio anual de 8% en los
dos años siguientes, el PIB alcanzaría a finales de 2023 la magnitud que se hubiese
registrado si el covid-19 no hubiese impactado a la economía dominicana. Es
posible alcanzar esas tasas de crecimiento en el período 2022-2023, pero ese
beneficio tendría un costo asociado con el tiempo adicional que tomaría lograr que
la tasa de inflación observada converja al rango meta de 4%±1%.
Conociendo la regla de política que subyace en las decisiones del Banco
Central, pienso que es mucho más probable que la tasa de crecimiento del año
próximo se coloque entre 5% y 5.5%, lo cual desaceleraría de forma más
acentuada la tasa de inflación doméstica, asumiendo que no haya sobresaltos
referentes a la inflación importada. Aquí cabe recordar que la estabilidad de
precios es el principal objetivo del Banco Central. [Actualización al 30 de diciembre de 2021: El Banco Central incrementó en 100 puntos básicos su tasa de interés de política, llevándola de 3.5% a 4.5% anual.]
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