[Escrito el 26 de agosto de 2024]
El Banco Central de la República Dominicana publicó un interesante
ensayo sobre los avances económicos y perspectivas de grado de inversión. Elisa
Vilorio y Julio Andújar, ambos funcionarios del organismo emisor, afirman que
el extraordinario desempeño económico que exhibe el país desde la adopción de
la estrategia de política monetaria basada en metas de inflación en 2012, ha
elevado la confianza de los inversionistas y reducido la prima de riesgo del
crédito soberano.
El grado de inversión de la deuda soberana implica una mejora de la
calificación crediticia, que reduciría la tasa de interés exigida por los
inversionistas y ampliaría el plazo de vencimiento de la colocación. Esto
significa un alivio para las finanzas gubernamentales, que incluyen una
asignación de 3.6% del PIB cada año para el pago de los intereses de la deuda
del sector público no financiero. Alcanzar
la meta del grado de inversión sería muy beneficioso también para el sector
privado, pues tendría acceso a un financiamiento con un costo inferior.
De acuerdo con el documento del Banco Central para que la deuda
soberana, que tiene en la actualidad una calificación grado especulativo BB
(S&P Global Ratings), se debe mantener un buen ritmo de crecimiento
económico junto a la estabilidad de precios. Además destaca la importancia de
fortalecer la capacidad de generación de divisas y la acumulación de reservas
internacionales son elementos que favorecen la ruta hacia el grado de
inversión.
En agosto del año pasado comenté que para llegar a esa calificación crediticia, es indispensable ejecutar varias reformas.
En primer lugar, una reforma tributaria que eleve, entre tres y cuatro
puntos porcentuales del PIB, la presión tributaria. Eso significa que, además
de la ley de responsabilidad fiscal, se requiere mejorar las recaudaciones para
tener la capacidad de reducir la deuda pública a un porcentaje del PIB cercano
al 40%.
El segundo elemento necesario para alcanzar una calificación de grado de
inversión es una reforma del sector eléctrico que elimine o reduzca a un mínimo
su déficit financiero, lográndose su viabilidad económica. El agujero negro de
las tres distribuidoras de electricidad sigue creciendo. Las pérdidas por
concepto de electricidad servida y no facturada ni cobrada llegan a niveles que
obligaron al gobierno central a transferir más de 1,500 millones de dólares a
esas empresas en 2022 y 2023. Ese déficit es totalmente incompatible con la
sostenibilidad de las finanzas públicas.
El tercer elemento para alcanzar el grado de inversión es la
capitalización del Banco Central. Esto implica que el gobierno se comprometa y
cumpla un programa de transferencias de recursos al organismo emisor para
fortalecer su posición patrimonial. Así mejoraría su capacidad de gestión de la
política monetaria y se fortalecería el esquema de metas de inflación.
No me cabe la menor duda de que si se cumplen esos puntos, la deuda soberana dominicana alcanzaría grado inversión.
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