[Escrito el 23 de enero de 2023]
A mediados de 2021 se realizó un ajuste del salario mínimo que fue
sujeto de un intenso debate sobre su magnitud. En esa ocasión, el Ministerio de
Economía afirmó que el salario mínimo promedio ponderado se incrementó en 26%. No
obstante, durante el debate se demostró que, al tomar en consideración la
reclasificación de las empresas que fue aprobada simultáneamente, el incremento
correcto del salario mínimo ponderado fue de 14%, nivel compatible con la
inflación acumulada en los dos años previos.
La semana pasada los sindicatos comenzaron a reclamar el ajuste del
salario mínimo correspondiente a 2023. De acuerdo con sus declaraciones:
“Estamos reclamando y demandando un aumento salarial de un 35% para lograr
ajustar un poco el problema inflacionario.”
Un incremento de esa magnitud en el salario mínimo provocaría un empuje
hacia arriba de la tasa de inflación. Esto obligaría al Banco Central a
aumentar más la tasa de interés para poder llegar a la meta de inflación del 4%±1% en 2023. Esto implica
un menor ritmo de crecimiento económico y, en consecuencia, un incremento de la
tasa de desocupación.
Por otro lado, si se toma en consideración que el 58% de la mano de obra
ocupada se encuentra en el segmento informal del mercado laboral, un aumento excesivo
del salario mínimo impactará más al empleado formal. Cabe recordar que en el
mercado informal no se cumplen las reglas establecidas en el Código de Trabajo,
como son el salario mínimo y las prestaciones laborales, ni los requisitos de
la Seguridad Social, como son los aportes a los fondos de pensiones o al seguro
de salud. En consecuencia, un aumento de 35% del salario mínimo provocaría un
mayor nivel de desocupación principalmente entre los perceptores de ingresos
formales.
¿En cuánto debería aumentar el salario mínimo? La respuesta depende de
si se quiere hacer un ajuste que permita recuperar la pérdida de poder de
compra de los ingresos registrada entre junio de 2021 y junio de este año o si
se desea apoyar al Banco Central en su lucha contra la inflación.
Si se quiere recuperar el poder de compra perdido en los dos años
previos, y asumiendo que a junio de este año la tasa inflación interanual se
coloque en 6%, el ajuste del salario mínimo debe ser 16%.
En cambio, si las autoridades desean apoyar al Banco Central y evitar
que se registren efectos de segunda vuelta sobre la tasa de inflación que
obliguen a colocar la tasa de interés en un mayor nivel, entonces el ajuste
salarial debería ser en función de la tasa inflación esperada en los próximos
dos años, que podría estar en el entorno del 10%.
Visto lo anterior, se puede concluir que el próximo aumento del salario
mínimo se situará entre 10% y 16%.
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