[Escrto el 5 de abril de 2021]
El presidente Joe Biden presentó la semana
pasada un super paquete fiscal, con el objetivo de modernizar la economía
estadounidense. El plan de 2.25 millones de millones de dólares que pretende
ejecutar la Casa Blanca, creará empleos mediante la inversión en nuevas
infraestructuras y en proyectos de generación y uso de energía renovable.
El plan de empleo americano, American Jobs
Plan, que se ejecutará en un período de ocho años, se descompone de la
siguiente manera: infraestructura relacionada con los hogares, 650 mil millones
de dólares; infraestructura de transporte, 621 mil millones de dólares;
investigación, desarrollo y manufactura, 580 mil millones de dólares; y cuidado
de personas mayores y especiales, 400 mil millones de dólares.
Dado que no hay comida gratis, el presidente
Biden informó que ese plan se financiará con un aumento de los impuestos a las
empresas. Específicamente, propone aumentar la tasa de impuesto sobre la renta
empresarial de 21% a un 28% a partir de enero 2022. Según las estimaciones del
equipo económico de la Casa Blanca, los incrementos de las recaudaciones
permitirán reducir la deuda federal en el largo plazo.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, declaró
hoy que los Estados Unidos promoverá el establecimiento a nivel global de una
tasa mínima de impuesto sobre la renta. El objetivo de esa medida es evitar que
las empresas estadounidenses trasladen sus casas matrices a países con bajas
tasas impositivas, como es el caso de Irlanda que tiene una tasa de 12.5%. La
Yellen señaló que es necesario que “los gobiernos tengan sistemas tributarios
estables que generen ingresos suficientes para invertir en bienes públicos
esenciales y responder oportunamente a las crisis, y que todos los ciudadanos
compartan de manera justa la carga de financiar al gobierno.”
Se prevé que el aumento de la inversión en
infraestructura cree empleos para inmigrantes, entre los que se encuentran los
dominicanos. Asimismo, el mayor crecimiento económico elevará el ingreso
promedio de la población, lo cual estimulará la demanda de servicios, entre éstos
los turísticos, y de bienes que se exportan desde las zonas francas dominicanas.
En consecuencia, se pude afirmar que ese plan será positivo para la República
Dominicana, a menos que el aumento de los impuestos perjudique a los sectores
productivos estadounidenses.
En ese contexto, debo señalar que las críticas
al plan Biden no se hicieron esperar. Los republicanos y diversos grupos
empresariales declararon que esa reforma tributaria impactará negativamente
sobre la competitividad, la inversión privada, el crecimiento económico y la
creación de empleo, en especial durante la etapa de recuperación económica
post-covid. Para colmo, los demócratas colocados más hacia la izquierda, como
la representante Ocasio-Cortez, opinan que el plan de gastos de Biden no es
suficiente, lo cual implicaría un aumento más significativo de los impuestos.
En las próximas semanas se sabrá si el
presidente Biden logra convencer al Congreso de que apruebe su reforma
tributaria junto al mayor paquete de inversión federal desde la Segunda Guerra
Mundial.
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