[Escrtio el 2 de mayo de 2024]
La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos publicó hace unos
días que el costo laboral sigue registrando una variación muy por encima de la
meta de inflación del 2%. El índice de costo del empleo para trabajadores
civiles, que además del costo salarial incluye otros beneficios laborales, se
incrementó en 1.2% en el primer trimestre del año y en 4.2% en términos
interanuales a marzo.
A pesar de que el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca publicó
que la variación de ese indicador del costo laboral muestra una desaceleración
frente al dato de marzo de 2023, cuando se situó en 4.8%, la realidad es que su
nivel actual sigue impulsando hacia arriba la tasa de inflación.
Es lógico que los costos laborales estén ejerciendo una presión
ascendente de la tasa de inflación, si se toma en consideración que el aumento
de 4.2% de registraron esos costos a marzo supera en un punto porcentual la
variación que es consistente con la estabilidad de precios en el largo plazo.
Además, una tasa de desocupación de 3.8%, nivel que se considera de pleno
empleo, se traduce en una presión ascendente de los salarios y de sus
retribuciones complementarias que dificultan la trayectoria de la tasa de
inflación hacia su meta.
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, indicó ayer que la tasa
de interés de referencia se mantendrá alta por más tiempo con el objetivo de
que la tasa de inflación, actualmente en 3.5%, converja a la meta del 2%. Esto
significa que tratará de que se reduzca la demanda agregada interna, es decir,
el consumo y la inversión, lo cual implicará un menor ritmo de crecimiento
económico, una mayor tasa de desocupación y, en consecuencia, una reducción de
la tasa de variación de los salarios.
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