Las adolescentes pagan un precio muy elevado por embarazarse
prematuramente. Ese embarazo la perjudica
tanto a ella como a la criatura durante toda su vida, aumentando
significativamente la probabilidad de que sean pobres.
Una madre adolescente
tiene menos posibilidad de educar adecuadamente a sus hijos y, en consecuencia,
estos tendrán menores ingresos durante su vida laboral adulta.
En un estudio elaborado por Kristin A. Moore, Vanessa H.
Sacks, Jennifer Manlove e Isabel Sawhill, se aplicó un modelo de simulación de
la Brookings Institution y de Child Trends para determinar el beneficio que se
produciría si las adolescentes deciden posponer por algunos años su embarazo y
aprovechar ese tiempo para obtener un diploma de bachillerato.
Una jovencita que posponga su embarazo en dos años
permitiría que el ingreso promedio del hogar de sus hijos, cuando estos alcancen
la edad de 29 años, se incremente en 1.4% con relación al escenario base.
Si pospone su embarazo en cinco años, permitiría que el
ingreso promedio de sus hijos se incremente en 3.7%.
Y si decide posponer en dos años su embarazo y graduarse de
bachiller, permitiría que sus hijos puedan percibir un ingreso promedio en su
hogar superior en 13.2% al escenario base.
Esos resultados revelan que el mayor costo que se desprende
de ser madre adolescente se produce cuando éstas abandonan la escuela. La
conclusión es que una madre con mayor escolaridad criará hijos más educados,
saludables y productivos.
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