[Escrito el miércoles 30 de julio de 2014]
Hoy
ocurrió un evento extraordinario en los mercados de capitales. Un país
incumplió sus obligaciones financieras porque un juez de otra nación le impidió
que puediese pagarle a sus acreedores extranjeros.
Me
refiero a Argentina. Todo comenzó con la suspensión de pagos de su deuda en
2001. Posteriormente en 2005 y 2010 renegoció el 93% de sus bonos soberanos con acreedores
que aceptaron un recorte de hasta un 70% del valor de sus tenencias. El
problema surgió porque los demás bonistas, concentrados en fondos buitre, no
aceptaron participar en esa renegociación y exigen que se les pague el 100% del
valor de sus acreencias.
Thomas
Griesa, juez distrital de Nueva York, emitió una sentencia que bloqueó la
transferencia de 539 millones de dólares que Argentia tenía que pagar hoy a los
bonistas que sí aceptaron el recorte de su deuda y que desde 2005 han estado
recibiendo periódicamente sus pagos. La decisión del juez fue la siguiente: o
le paga a todos los acreedores, o no le paga a ninguno.
Los
bancos privados argentinos intentaron ayudar a su gobierno, ofreciéndole a los
fondos buitre una garantía de 250 millones de dólares. A cambio se esperaba
obtener del juez Griesa una prórroga de su sentencia. Lamentablemente,
Argentina no pudo pagar y la agencia calificadora Standard & Poor’s declaró
hoy que cayó en incumplimiento selectivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario