[Escrito el 1 de abril de 2024]
El mayor ritmo de crecimiento económico de la República Dominicana que
se observa desde la segunda parte del año pasado se debe a la recuperación de
la actividad de construcción. El cambio de postura de la política monetaria a
partir de finales de mayo de 2023 fue clave para el mayor dinamismo de esa
actividad productiva.
De una deprimente tasa de crecimiento de 1.2% registrada en el primer
semestre de 2023, se ha logrado alcanzar una expansión promedio de 5.4% en los
primeros dos meses de 2024.
La participación de la actividad de construcción en el producto interno
bruto oscila alrededor del 15%, situándose el año pasado en 14.7%. Esa
actividad es la que mayor peso tiene en el producto nacional, superando al
comercio, 10.6%; a la manufactura local, 10.6%; transporte y almacenamiento,
8.3%; y a hoteles, bares y restaurantes, 6.9%.
La elevada participación del sector construcción en el PIB se unió a un
ritmo de crecimiento de 8.3% en los primeros dos meses del año para explicar alrededor
del 23% del crecimiento del indicador mensual de actividad económica. Esto
contrasta considerablemente con el pobre desempeño de la construcción en el
primer trimestre de 2023 cuando su valor agregado varió en -4.7%.
La sostenibilidad del buen desempeño de la actividad de construcción
depende de las condiciones monetarias que prevalezcan en los próximos meses. La
disponibilidad de crédito y el nivel de tasa de interés influirá sobre la
capacidad de los agentes económicos privados de dirigir la demanda y la oferta de
esa actividad hacia arriba. Si la tasa de los préstamos hipotecarios, que en
marzo arrojó un promedio de 11.5%, sigue subiendo, pudiese registrarse una
desaceleración de la actividad de construcción, influyendo negativamente sobre
el ritmo de crecimiento del PIB.
Hacia dónde se moverá esa tasa de interés en lo que queda de año dependerá
en gran parte de lo que haga la Reserva Federal. Si ese banco central inicia en
junio el ciclo de reducción de la tasa de interés se pudiera proyectar que la
tasa hipotecaria local se reducirá o, en el peor de los casos, no aumentará. Si
ese es el comportamiento de la tasa de interés el crecimiento de la
construcción seguiría, empujando hacia arriba el producto interno bruto y el
empleo.
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