[Escrito el 26 de enero e 2024]
La tasa de inflación interanual medida como la variación relativa del índice
de precios de gastos del consumo privado en Estados Unidos cerró a diciembre en
2.6%. El componente subyacente de la tasa de inflación, el que excluye los
precios de los alimentos y costos de la energía, cerró el año en 2.9%.
A pesar de que todavía se
encuentra por encima de la meta del 2%, la trayectoria de esa variable permite
señalar que la política monetaria aplicada por la Reserva Federal está ayudando
a que la tasa de inflación vaya reduciéndose. De hecho, la tasa de inflación anualizada
de los siete meses más recientes arroja como resultado menos de 2%, lo cual
significa que es cuestión de tiempo -cuatro o cinco meses- para llegar al nivel
que quiere alcanzar el banco central estadounidense.
Ante esa información, el mercado ha fortalecido su expectativa de que la
tasa de interés de referencia comenzará su ciclo a la baja a partir de marzo. No
obstante, pienso que las autoridades de la Reserva Federal van a esperar la
información del mercado laboral de enero y febrero antes de tomar esa decisión,
pues preferirán estar seguros de que la variación de los salarios no lleva un
ritmo que presione hacia arriba la inflación a través de los costos laborales.
La Reserva Federal quiere evitar que la inflación se acelere y que
entonces se tenga que revertir el proceso de reducción de la tasa de interés. Por
eso lo más probable es que la tasa de interés de política monetaria comience a
bajar en mayo de este año, cuando se prevé que la inflación se encuentre anclada
alrededor de 2%.
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