[Escrito el 9 de febrero de 2016 y presentado en Enfoque Final de NCDN]
El Banco
Central de la República Dominicana publicó el pasado lunes un interesante
artículo sobre su déficit cuasifiscal. Ese es un tema al cual le dediqué mucho
tiempo de análisis después de la crisis bancaria de 2003.
Tal como se
indica en el estudio, entre 2004 y 2006, el déficit cuasi fiscal alcanzó
niveles excesivamente elevados, colocándose su promedio entre 3.4% y 2.2% del
PIB. Esa situación financiera provocó un acelerado ritmo de crecimiento de los
certificados del Banco Central, cuya trayectoria llegó a tener un comportamiento
exponencial.
Afortunadamente,
las autoridades del Banco Central lograron reducir significativamente la tasa
de interés de esos certificados, contrayéndose el déficit cuasi fiscal. A esa
política monetaria, que aseguró la estabilidad de precios y del tipo de cambio,
se le añadió la Ley No. 167-07 de Capitalización del Banco Central.
El objetivo
de esa legislación es transferir recursos del Gobierno Central al organismo
emisor hasta eliminar el déficit cuasifiscal. El aporte comenzó en 0.5% del PIB
en 2007 e iría ascendiendo en 0.1 puntos porcentuales del PIB anualmente. Al
mismo tiempo, las autoridades monetarias lograron disminuir el déficit cuasi
fiscal, colocándolo en un 1.1% en 2012.
Lamentablemente,
la crisis fiscal de ese año llevó a modificar el ritmo de capitalización del
Banco Central. Esto significa una posposición del inicio del desmonte de los
certificados, lo cual no es preocupante si se toma en consideración que el
valor presente de las transferencias establecidas en esa legislación es
superior al valor presente de los déficits cuasifiscales. Esto significa que la
deuda del Banco Central es sostenible en el largo plazo.
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