[Escrito el 28 de noviembre de 2016]
Cuba necesita reformas
económicas fundamentales para mejorar las condiciones de vida de su población. La
ausencia de Fidel permitiría la implementación de esas reformas.
La primera debe ser reestablecer
el régimen de propiedad privada. Las personas deben tener la capacidad de
acumular activos para producir bienes y servicios. El espíritu empresarial cubano
debe ser desencadenado.
Las reformas deben
promover el funcionamiento del sistema de precios. Esto implica que los precios
de los bienes, servicios y factores de producción reflejen adecuadamente la
oferta y la demanda. Es imprescindible corregir el error que significa pagarle
a un médico, con estudios en el extranjero, 25 dólares al mes.
Las tasas de interés
deben funcionar nuevamente como el premio al ahorro. Los agentes económicos,
bajo un régimen de propiedad privada, volverían a producir, ahorrar y a
invertir. Las tasas de interés guiarían ese proceso de manera óptima.
La libertad de
movimientos de precios promovería la asignación eficiente de los recursos
productivos. Esto permitiría obtener eficientemente niveles de producción mucho
mayores, y a menores costos, que los alcanzados en una economía centralmente
planificada.
El fortalecimiento de
la justicia, con el objetivo de proteger el régimen de propiedad privada, es
clave para el desarrollo de la economía cubana. Esa medida atraería un masivo volumen
de inversión extranjera, que obtendrá un alto retorno, dado el elevado nivel de
educación de la mano de obra cubana.
Pienso que Cuba tiene
una gran oportunidad de desarrollarse exitosamente si se establece una economía
social de mercado. Espero que lo haga, por el bien de su gente.
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