[Escrito el 29 de septiembre de 2016]
La economía es la
ciencia de la incertidumbre. A diferencia de la física, donde el resultado de
un experimento es el mismo si se repiten las condiciones iniciales, en la
economía los resultados dependen del estado de ánimo de los agentes económicos.
Digo esto a propósito
del comportamiento del peso mexicano ante la posibilidad de que gane Donald
Trump la presidencia de los Estados Unidos.
México es uno de los
principales socios comerciales de la economía más grande del mundo. Cuando a
los Estados Unidos le va bien, a México le va mejor. Por ese motivo, las
decisiones de política económica y comercial adoptadas por los estadounidenses
afectan la creación de valor agregado, divisas y empleo en la economía azteca.
Donald Trump se la
tiene jurada a México. Sus palabras sugieren que los males de su país se origen
en el vecino del sur. En consecuencia, afirma que construirá un muro para
evitar la inmigración mexicana y que establecerá impuestos a las exportaciones
provenientes de México al entrar a los Estados Unidos.
Esto equivale a decir
que Trump destruiría el Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica.
La reacción del peso
mexicano ha sido inmediata. Cada vez que en una encuesta aparece que Trump
tiene posibilidades de ganar la presidencia, se deprecia el peso mexicano.
En el día de hoy, ante
la presión cambiaria, el Banco Central de México incrementó en 50 puntos
básicos la tasa de interés de política monetaria. Esto hizo que el peso se
depreciará en sólo 0.2%, después de estar cayendo en la tarde en un 1.2%,
cerrando en 19.41 pesos por dólar.
Es una pena que México
sea víctima de las declaraciones de una persona como Donald Trump.
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