[Escrito el 9 de septiembre de 2016]
El presidente del
Banco Central Europeo dejó sin cambios su programa de compra de bonos. A pesar
de que el precio de los bonos está por debajo del objetivo, Mario Draghi
decidió dejar para diciembre cualquier modificación a la política monetaria que
ejecuta.
A Draghi le preocupa
la ausencia de presiones inflacionistas. Pero, a pesar de ello no quiso apretar
el acelerador monetario. Prefirió dar un poco más de tiempo al programa de
compra de bonos actual, que ya ha provocado que algunas tasas de interés
transiten por territorio negativo.
Actualmente el Banco
Central Europeo compra al mes 80 mil millones de euros en forma de activos,
como son bonos gubernamentales y corporativos. El objetivo es reducir las tasas
de interés, estimular la demanda y presionar hacia arriba la tasa de inflación,
que sigue en el entorno del 0%.
En lo que llega esa
esperada reactivación económica, los bancos están sufriendo. Las bajas tasas de
interés han provocado una reducción de sus márgenes de intermediación,
disminuyendo su nivel de rentabilidad.
El bajo crecimiento
europeo, que se estima para este año en 1.7%, lleva a algunos expertos a
recomendar la aplicación de políticas fiscales más activas. De hecho, Draghi
señaló que los países que tienen margen fiscal deberían utilizarlo, en clara
alusión a la Alemania de Merkel. A esa afirmación los alemanes contestaron con
el silencio.
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