[Escrito el 19 de mayo de 2015]
La
inversión privada es uno de los factores fundamentales del crecimiento
económico. La acumulación de capital permite mejorar la productividad de la
mano de obra y elevar el ingreso promedio de la población. Por eso los
gobiernos deberían estimular la inversión privada con medidas que sean
sostenibles en el largo plazo.
La creación
de un entorno que permita elevar el flujo libre de efectivo de las empresas es
indispensable para incrementar la inversión privada. Las empresas ejecutan
nuevos proyectos cuando el valor presente del flujo libre de efectivo supera el
monto de recursos que se requiere invertir.
La estabilidad
macroeconómica estimula la inversión. En efecto, si la inflación y la
volatilidad del tipo de cambio son bajas, las tasas de interés serían reducidas,
lo cual elevaría el valor presente del flujo de efectivo y estimularía la
inversión de las empresas.
Un saldo fiscal
con un déficit reducido también favorece la acumulación de capital privado. El
manejo de las finanzas públicas es un arte. Debe permitir la inversión en
educación y en infraestructura indispensable para complementar la inversión
privada, pero al mismo tiempo debe arrojar un saldo que no expulse del mercado
de fondos prestables al sector privado.
La
estructura tributaria debe ser neutra frente a las decisiones de ahorro,
inversión y trabajo. Un impuesto como el 1% sobre los activos desestimula la
inversión privada y quiebra negocios. Por eso recomiendo que se elimine.
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