[Escrito el 14 de mayo de 2015]
La
evidencia internacional revela una preocupante realidad. Los niños de hogares
ricos tienen –en promedio- un mejor desempeño escolar que los niños de hogares
pobres. Dado que la educación se traduce en futuros ingresos, ese hecho provoca
que los hijos criados en hogares menos afortunados sean, por lo general,
personas adultas con menores ingresos que sus pares de hogares ricos. Esto aumenta
la desigualdad de ingresos en la sociedad.
Dice Sean
Reardon, profesor de sociología de la Universidad de Stanford, que los niños ricos alcanzan –en promedio-
mejores calificaciones en los exámenes escolares, en las pruebas estandarizadas
y exhiben menor tasa de repitencia que los pobres.
En un
estudio que abarcó los últimos cincuenta años en los Estados Unidos, el
profesor Reardon analizó la relación entre el desempeño escolar y el ingreso
familiar. Entre sus conclusiones afirma que la brecha de desempeño escolar por ingresos
ha estado creciendo en las tres últimas décadas. Además, señala que los
estudiantes de hogares ricos tienden a asistir a las universidades más
selectivas, incluso al compararse con los estudiantes de hogares pobres con
igual calificaciones.
Otro
hallazgo de Reardon es que la brecha en el desempeño escolar se encuentra
presente desde kínder. La explicación puede deberse a la influencia que tiene el
nivel de ingresos sobre el desarrollo del cerebro. El profesor de Neurociencia
en el MIT, John Gabrieli, puede que haya encontrado la respuesta al demostrar
que la corteza de los niños más ricos es más gruesa que la de los pobres, lo
cual influye sobre el desempeño académico. Pero eso lo dejo para otro
comentario.
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