En enero de 2013, el
economista jefe del FMI, Olivier Blanchard presentó un documento en la reunión anual
de la American Economic Association donde señalaba que se había subestimado el
impacto recesivo de la austeridad. Según Blanchard esa subestimación provocó caídas
de producción y empleo más acentuadas
que las previstas en los programas de estabilización apoyados por el Fondo.
Al inicio de la crisis de 2008 los hacedores de política económica asumieron, basándose en estimaciones econométricas previas, que la reacción de la producción al ajuste fiscal, lo cual denominan el multiplicador fiscal, era la mitad de la reacción correcta. Específicamente se pensaba que el multiplicador fiscal era igual a 0.5, siendo el valor correcto superior a 1.
Al inicio de la crisis de 2008 los hacedores de política económica asumieron, basándose en estimaciones econométricas previas, que la reacción de la producción al ajuste fiscal, lo cual denominan el multiplicador fiscal, era la mitad de la reacción correcta. Específicamente se pensaba que el multiplicador fiscal era igual a 0.5, siendo el valor correcto superior a 1.
El 5 de junio el Fondo
dio a conocer un mea culpa con relación
al ajuste económico de Grecia. El organismo reconoció que la caída del producto
interno bruto registrada entre 2009 y 2012 fue tres veces mayor que la estimada
originalmente (-17% vs -5.5%). Ese resultado explica la destrucción de empleo, situándose
la tasa de desempleo en 2012 en un 25%, diez puntos porcentuales por encima de
lo que se había pronosticado (15%).
[Nota ampliatoria: el 6 junio Durao Barroso, el presidente de la Comisión Europea, criticó ese informe del FMI y afirma que se equivoca. Aquí puede leer la reseña de El País.]
[Nota ampliatoria: el 6 junio Durao Barroso, el presidente de la Comisión Europea, criticó ese informe del FMI y afirma que se equivoca. Aquí puede leer la reseña de El País.]
Si se hubiese
utilizado el dato correcto del multiplicador fiscal es probable que la
intensidad de la austeridad, que se expresó en un ajuste en el déficit fiscal
primario de 13 puntos del PIB, hubiese
sido menor. En otras palabras, se hubiese incrementado menos los impuestos y
reducido menos el gasto público.
Para el caso dominicano, el Fondo estimó en mayo de
este año -publicado en Estevao y Samake(2013)- que el multiplicador del gasto fiscal (de capital) se sitúa entre 0.3
y 0.5. Sería bueno que el gobierno
determine si ese es el número correcto, para así calcular el verdadero impacto que
tendrá sobre la actividad económica y el empleo el ajuste fiscal de 4 puntos
del PIB que actualmente ejecuta. Si el multiplicador fuese mayor se estaría
subestimando el impacto recesivo de la política de austeridad, lo cual se
traduciría en un deterioro más acentuado de las condiciones de vida de la gente.
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