[Escrito el 23 de junio de 2016]
La firma
del acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC constituye un
extraordinario paso de avance hacia un mayor nivel de bienestar en esa nación.
Colombia
tiene una economía privilegiada. A pesar del deterioro de sus términos de
intercambio, provocado por la caída de los precios del petróleo, la economía ha
mantenido un adecuado ritmo de crecimiento al comparar con sus pares.
El descenso
de las exportaciones de petróleo deterioró el saldo de la cuenta corriente de
la balanza de pagos, disminuyó las recaudaciones gubernamentales, provocó la
depreciación de la moneda y aceleró la tasa de inflación. El gobierno reaccionó
ajustando hacia abajo el gasto público y elevando los impuestos, manteniendo en
un nivel adecuado el saldo de las finanzas públicas. Asimismo, el Banco Central
de Colombia aplicó una política monetaria restrictiva para anclar las
expectativas de inflación, creando las condiciones para que se mantenga la estabilidad
macroeconómica.
El Fondo
Monetario Internacional estima que Colombia crecerá en un 2.5% en este año. Esa
tasa contrasta favorablemente con otros países de la región que han sufrido
deterioro de sus términos de intercambio, como es el caso de Venezuela y
Brasil.
La paz
entre la guerrilla y el gobierno colombiano promoverá la inversión extranjera y
el turismo. Colombia tiene todo para ser un país desarrollado, comenzando con
su gente, conocimiento y recursos naturales. La paz le dará un empujón que la
colocará en las alturas de América Latina, mejorando considerablemente las
condiciones de vida de su gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario