[Escrito el 24 de mayo de 2016]
Arminio
Fraga, pasado gobernador del Banco Central de Brasil, afirmó que el gobierno de
Michel Temer debe desactivar urgentemente la bomba de tiempo fiscal que implica
aumentar el gasto de educación de 5% del PIB a un 10% en un período de diez
años.
El nuevo
gobierno anunció para 2016 un déficit primario, que es el saldo antes del pago
de intereses, equivalente a un 2.7% del PIB. Esto significa que el gobierno
está endeudándose para pagar intereses y se estima que para estabilizar la
deuda se necesitaría un superávit primario cercano al 4% del PIB, lo cual
implica un ajuste de por lo menos 6 puntos del PIB, ya sea recortando gastos o
aumentando los impuestos.
Fraga, con
experiencia en la lucha de procesos devaluatorios, conoce muy bien las
consecuencias de los desequilibrios fiscales sobre la inflación y el valor de
la moneda local. Por eso recomienda a las nuevas autoridades que actúen lo más
rápido posible para reducir el déficit fiscal, en especial la bomba que se
origina de los gastos futuros en educación y pensiones.
El ajuste
implica también recortar otros gastos sociales. Salud y transferencias directas
a los segmentos más pobres son áreas que podrían sufrir reducciones de
presupuesto. La duda que surge es si el presidente Temer, que tiene una
popularidad más baja que Dilma Rousseff, recibiría el apoyo de la sociedad para
poder realizar esos ajustes en las finanzas públicas. Yo lo dudo.
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