[Escrito el 3 de junio de 2015]
Una amiga
escribió en una red social que su candidato “sí pondría a los pobres a valer.”
¿Qué significa eso? ¿Elevar los impuestos a los ricos y transferir a los pobres
una mensualidad para que puedan adquirir bienes y servicios básicos? ¿O
establecer controles de precios que faciliten la adquisición de esos productos,
aun cuando los ingresos sean bajos?
Existe una
amplia evidencia de los efectos negativos provocados por los controles de
precios. Tan pronto entran por la puerta, los productos salen por la ventana.
El desabastecimiento es el típico resultado de los controles de precios, lo
cual provoca además la creación de un mercado negro con precios más elevados que
los existentes antes de que se establecieran esos controles. Así que el impacto
sobre los pobres es negativo.
El establecimiento de elevados impuestos a los
beneficios de las empresas, o a los ingresos de los ricos o a las ganancias de
capital distorsiona el proceso de asignación de recursos. Esto reduce la
producción y el empleo, perjudicando a los más pobres, pues sus ingresos se
reducen a cero al quedar desempleados.
Esas
propuestas no funcionan. Si se quiere poner valer a los pobres hay que invertir
en educación para que puedan mejorar sus ingresos. Además, es preciso eliminar
las distorsiones y costos de transacción que dificultan la creación de empresas
y empleos. Si a esto se añade un conjunto de buenos servicios sociales que
faciliten que la mujer se inserte al
mercado laboral, estoy seguro de que los pobres mejorarían sus condiciones de
vida.
El detalle, no tan simple, es que la pobreza material y mental de las masas es un activo de mucho valor para la clase política mediocre-tradicional. Puede interesarle que el pobre progrese, más no que se desarrolle, lo cual, sin duda, son dos cosas muy distintas.
ResponderEliminar