Alemania ha demostrado las bondades de tener un mercado
laboral flexible. La reforma laboral Hartz ejecutada entre 2003 y 2005 ha
facilitado que millones de alemanes puedan trabajar a tiempo parcial, lo cual
ha logrado reducir la tasa de desempleo de un 7.1% en 2010 a un 5.3% en 2013.
La flexibilidad laboral permite a las empresas adecuar su
demanda laboral a las condiciones económicas. Si el ciclo económico se
encuentra en recesión, caracterizado por caída de las ventas, la empresa puede
reducir la cantidad de horas trabajadas y así evitar despedir personal. Cabe
recordar que es mejor una reducción del ingreso, porque se trabaja una menor
cantidad de horas, que perder todo el salario por ser despedido.
España, bajo el gobierno de Mariano Rajoy, decidió realizar
una reforma laboral que permitiese disminuir la tasa de desempleo que llegó a
colocarse en un 26.1% en el año 2013.
Los datos más recientes revelan que esa reforma laboral
comienza a dar frutos. De acuerdo a la Encuesta de Población Activa, el empleo
creció en 192,400 personas en el segundo trimestre de este año en comparación
con el mismo período del año anterior, colocándose la tasa de desempleo en un
24.5%. Es la primera vez que se observa un desempeño tan positivo desde 2008.
El principal motivo de esa mejoría es la flexibilidad
laboral, que algunos llaman “precariedad laboral” y la critican vehementemente.
Por mi parte, pienso que ese trabajo parcial es una condición mucho mejor que
estar desempleado.
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