[Escrito el 26 de marzo de 2024]
La solución de la crisis haitiana puede surgir de la voluntad de Estados
Unidos, Francia y Canadá. Esos tres poderosos países, que han estado
históricamente muy vinculados con Haití, tienen los recursos económicos y
militares necesarios para colocar a esa república en una trayectoria que lleve
a mejores condiciones de vida a su población.
Estados Unidos ha destinado miles de millones de dólares en forma de
ayuda económica y militar para Ucrania e Israel. La magnitud de la economía
estadounidense revela que no hay restricción presupuestaria que limite su
aporte económico a la solución del problema haitiano. Lo mismo se puede decir
de Francia y Canadá. En el caso de Francia el compromiso es todavía mayor, pues
se trata de la que fue por mucho tiempo su colonia más próspera.
Esos tres países altamente desarrollados tienen un armamento militar
suficientemente moderno como para organizar una estrategia de eliminación de
las bandas de delincuentes haitianas, minimizando la pérdida de vidas en su
ejército. El uso de drones ayudaría a eliminar selectivamente a los miembros de
las bandas sin que sea necesario un enfrentamiento directo del personal
estadounidense, francés o canadiense.
La experiencia militar de esos tres poderosos países pudiera trasladarse
a los militares y policías haitianos para que mejoren su capacidad de eliminar
en el terreno a los delincuentes que no puedan ser detectados y cazados desde
el aire. En función del desempeño de esos militares y policías haitianos se
iría desarrollando un liderazgo local que permitiría el surgimiento de un
hombre fuerte que será el que tomará el poder y gobernará Haití como dictador.
Así es, como dictador, pues ese país no está en condiciones para vivir en
democracia. Haití necesita una mano dura por varias décadas, hasta que logre
tener una población más educada y con mejores condiciones de vida.
Si durante el proceso de pacificación de Haití se requiere recibir
población en condición de refugiados, recomiendo el establecimiento de campos
de acogida en la Florida o en la Luisiana, que tiene una herencia francófona
similar a la haitiana. Mientras eso sucede, la República Dominicana seguiría
siendo el país más solidario con Haití al ser la residencia de muchos
centenares de miles de haitianos que se ganan la vida en el mercado laboral y
son perceptores netos de recursos del gobierno dominicano a través del
suministro de servicios sociales, como salud y educación.
Es hora de que todos cooperen con la solución de la crisis haitiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario