[Escrito el 10 de junio de 2022]
El Banco Central Europeo anunció que en su reunión de julio aumentará en
25 puntos básicos su tasa de interés de referencia y dejó entrever que en la de
septiembre pudiese acelerar el aumento a 50 puntos básicos. El objetivo de ese,
muy rezagado, aumento de la tasa de interés de política monetaria es reducir la
inflación que en términos interanuales a mayo se colocó en 8.1%.
De esa forma, el Banco Central Europeo se convierte en el último de la
fila de los bancos centrales que han decidido, acertadamente, aumentar sus
tasas de interés para reducir las presiones inflacionarias. Ese cambio de
postura monetaria, de una marcadamente expansiva a una neutral -o restrictiva-
es clave para mantener ancladas las expectativas de inflación alrededor de la
meta. En el caso de la eurozona, conformada por 19 países que comparten el euro
como moneda común, la meta de inflación es 2%, lo cual sugiere que el esfuerzo
monetario para recuperar la estabilidad de precios será significativo.
Ante la información de que en septiembre se podría acelerar el ajuste de
la tasa de interés de referencia, la tasa de rendimiento de los títulos
soberanos de los países miembros de la eurozona aumentó, esto es equivalente a
una pérdida de valor de los títulos actualmente emitidos. En Alemania, el bono
a diez años subió en 8 puntos básicos, llegando la tasa de rendimiento a 1.43%.
En Italia, el bono a diez años subió 16 puntos básicos, colocándose la tasa en
3.61% y la tasa de España subió a 2.62%. Esos movimientos de las tasas de
rendimiento reflejan el impulso que se espera tenga en la tasa de interés de
equilibrio la decisión del Banco Central Europeo de iniciar su apriete
monetario a partir de julio.
Ese organismo monetario debe evitar que la brecha entre las tasas de
rendimiento de los títulos emitidos por los países miembros de la eurozona no
aumente significativamente. Obsérvese que en el caso de los bonos a diez años,
la diferencia entre las tasas de rendimiento de los títulos alemanes e
italianos es de 2.18%, la cual es considerada excesivamente grande. El aumento
de la brecha de tasa de interés lleva a recordar el período 2012-2013, en el
cual se registraron fuertes aumentos del costo del endeudamiento público en
Italia, Grecia, Portugal y España, y fue necesario hacer lo hasta imposible
para mantener el euro como moneda común en esa importante zona del mundo
desarrollado.
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