[Escrito el 10 de diciembre de 2020]
El ministro de Educación, Roberto Fulcar, ha
establecido una aplanadora en su ministerio. La decisión de despedir a 22 mil
personas justo antes de la Navidad no tiene precedente en la República
Dominicana. De acuerdo con lo publicado en la prensa, se trata de personas
humildes que trabajan por un sueldo mínimo, que es la principal fuente de
ingresos de sus respectivos hogares.
La decisión de Fulcar tiene como impacto
directo el aumento de la incidencia de la pobreza extrema en el país. No cabe
duda de que esas personas, que trabajaban como secretarias, bedeles,
mayordomos, monitores, digitadores, entre otros, aportan un ingreso único o complementario
en su hogar cuya pérdida implica un deterioro de su nivel de bienestar. Debe
tomarse en cuenta que despedir 22 mil personas significa afectar hogares con
una población total de cien mil personas. Se nota que el ministro de Educación
no tiene conocimiento sobre el impacto que tiene su decisión sobre los
indicadores de pobreza, lo cual se agrava debido a que la pandemia del Covid-19
afecta negativamente la economía y la capacidad de generación de empleo en el
país.
Fulcar ha pasado de ser un soñador a ser el
verdugo del personal del Ministerio de Educación. En noviembre, cuando inició
el año escolar, el ministro Fulcar dijo que tenía un sueño de un sistema
educativo moderno y capaz de suplir la educación que requieren los niños
dominicanos para ser futuros profesionales. Lamentablemente no dijo que su
sueño incluía también acciones que implicaban una terrible pesadilla para miles
de dominicanos, que hasta hace poco formaban parte de las escuelas públicas
nacionales. Es una pena que las autoridades del ministerio opinen que esos
despidos masivos constituyen simplemente “cambios de rutina.”
El presidente Luis Abinader, que se definió como el presidente de todos los dominicanos, debe intervenir y corregir el daño provocado por Fulcar. Después de las elecciones del pasado mes de julio, el presidente Abinader habló al país y señaló que él no era el presidente únicamente del PRM, sino de todo el pueblo dominicano. Si así es, pues que evite que la aplanadora de Fulcar siga dañando a las familias pobres de este país.
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