[Escrito el 24 de febrero de 2016]
En un
interesante artículo, Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, afirma que el
deterioro de los precios de los bienes básicos -como el petróleo-, unido a la
masiva salida de capitales son dos factores que explican gran parte del
deterioro económico de los países emergentes.
Stiglitz
afirma que en el período 2009-2014 esas naciones recibieron capitales en
términos netos por un total de 2.2 millones de millones de dólares. Y afirma
que esto provocó que los mercados bursátiles de Mumbai, Johannesburgo, Sao
Paolo y Shanghai casi se triplicaran en esos años. Es obvio que esto significa
que ese dinero llegó a esas economías emergentes con fines especulativos, siendo
su entrada muy mal gestionada, pues se permitió la apreciación de las monedas
nacionales y la pérdida de competitividad de las exportaciones.
Los flujos
de capital cambiaron significativamente en 2015. Los países en desarrollo
experimentaron una salida de más de 600 mil millones de dólares, principalmente
a través del sistema bancario, provocando la caída de los índices bursátiles,
la depreciación de la moneda, la pérdida de reservas internacionales y el
incremento del costo del endeudamiento externo.
Stiglitz recomienda
para enfrentar esa situación la aplicación de controles de capital que
suspendan la salida de esos recursos. A mi entender esto solo provocaría mayor
incertidumbre y un pánico con consecuencias muy negativas. Por eso pienso que es
mejor enfrentar la salida de capitales mediante una mejora de la posición
financiera del Estado, lo cual permitiría recuperar la confianza de los
inversionistas.
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