[Escrito el 24 de octubre de 2022]
El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, presentó la
semana pasada los principales indicadores macroeconómicos de la República
Dominicana. A pesar de un entorno internacional convulso y con tendencia
recesiva, la economía dominicana mantiene buenos fundamentos que se traducen en
un notable ritmo de crecimiento económico y en una trayectoria descendente de
la tasa de inflación.
El Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) arrojó una variación
acumulada de 5.4% en los primeros nueve meses del año, explicada la mayor parte
por la fuerte recuperación del turismo. Ese resultado lleva a las autoridades
del Banco Central a proyectar que para el año completo el PIB se expandirá en
un rango comprendido entre 5% y 5.5%, zona en la cual cae el crecimiento
potencial.
El papel jugado por el Banco Central en el sostenimiento de la
estabilidad macroeconómica y la confianza en el peso dominicano ha sido clave.
El ajuste oportuno de la tasa de interés de referencia y el desmonte gradual
del estímulo monetario han hecho que los agentes económicos perciban que existe
un férreo compromiso con la desaceleración del ritmo de variación de los
precios, manteniéndose ancladas las expectativas de inflación.
A diferencia de lo que ocurre en diversos países avanzados y en
desarrollo, el peso dominicano se ha apreciado con relación al dólar en 7%
entre diciembre de 2021 y septiembre de 2022. Ese resultado se explica en parte por la
entrada de divisas por concepto de remesas familiares, turismo, exportaciones
de zonas francas industriales, exportaciones nacionales e inversión extranjera,
lo cual ha permitido que las reservas internacionales netas oscilen alrededor
de los 14 mil millones de dólares.
La adecuada política monetaria y la apreciación del peso han ayudado a que
la tasa de inflación modere su comportamiento en los meses de agosto y
septiembre, registrando el IPC variaciones mensuales de 0.21% y 0.29%,
respectivamente. A septiembre, la tasa de inflación interanual se situó en
8.63% y las autoridades monetarias proyectan que cerrará en diciembre en torno
a 7%, situándose en el rango meta de 4%±1% hacia mediados del año próximo.
El gran reto es mantener la credibilidad fiscal en 2023. El deterioro de las finanzas del sector eléctrico, provocado por el aumento de los costos de generación de electricidad y el incremento del porcentaje de pérdidas por mala gestión de la cantidad comprada, facturada y cobrada de electricidad, eleva el déficit del sector público consolidado.
Para evitar que aumente el
endeudamiento gubernamental, las autoridades deberán reducir la inversión
pública, que ya se encuentra por debajo del promedio de años anteriores. Lo
anterior se complica por la etapa preelectoral del ciclo político, que
presionará al gobierno a que cumpla promesas de campaña, en particular las obras
de infraestructura. Esto pudiese desembocar en un incremento del déficit del
sector público, resultado que sería mal visto por un mercado de capitales que
exigirá el año próximo a los bonos soberanos dominicanos con vencimiento a diez
años una tasa de rendimiento de, por lo menos, 9.25%
Que bueno que los indicadores económicos se han fortalecido. Como mencionas las remesas, zonas francas, el turismo y las inversiones extranjeras; pero porque nuestro rango potencial es 5% y 5.5 % cuando en el año 2018 llegamos a 7% del PIB? Atte. Lic.Martín Reyes Delgado.
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