La cantidad de horas
de estudio explica una buena proporción del aprendizaje. Por eso es necesario
inducir a los niños a dedicar una mayor parte de su tiempo a estudiar.
Después de probar
varios métodos, mi padre logró inducirme a mejorar mis calificaciones mediante
el pago de una pequeña cantidad de efectivo por libro leído.
En realidad el pago de
ese dinero no sólo estimulaba a estudiar más, sino que hizo que asociara el
nivel educativo con los ingresos. Existe amplia evidencia que demuestra que las
personas con mejor educación y especialización obtienen, en promedio, mayores
ingresos.
De acuerdo a una
reciente investigación de un grupo de economistas, que incluye a la famosa
profesora del MIT Esther Duflo, la transferencia de efectivo a familias pobres
influye positivamente sobre la acumulación de capital humano de los hijos.
Ese tipo de
transferencias tienden a elevar la participación en la escuela y pudiera ser
todavía más eficiente si se atan las transferencias a las calificaciones
obtenidas en algunas materias, por ejemplo en matemáticas. Esto ayudaría a que
los niños mejoren sostenidamente su capacidad de absorber nuevos conocimientos,
lo cual les convertirá en mejores profesionales capaces de obtener ingresos muy
superiores a la línea de la pobreza.
El resultado final
sería mejores condiciones de vida y mayor equidad en la distribución de la
renta.
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