En el pasado mes de marzo se crearon 88 mil puestos de
trabajo en los Estados Unidos. Ese resultado es el peor desde junio del año 2012.
De hecho, los economistas esperaban un aumento de 200 mil puestos laborales.
No obstante, la tasa de desempleo disminuyó de 7.7% a 7.6%.
Pero esa caída se explica por el descenso de la fuerza laboral, la cual se
situó en un 63%; su nivel más bajo desde 1979.
Esa debilidad del mercado laboral ha llevado a muchos
expertos a señalar que la Reserva Federal todavía debe continuar con su
política monetaria flexible, que consiste en la inyección masiva de liquidez. Específicamente,
la FED de Ben Bernanke inyecta 85 billones de dólares mensualmente, situándose
el balance del banco central americano en los 3.1 trillones de dólares, con el
objetivo de alcanzar una tasa de desempleo de un 6.5% y una tasa de inflación
de 2.2% anual.
Parece ser que ese comportamiento de la Reserva Federal fue
previsto por el Banco de Japón, pues esta semana se anunció la inyección de
liquidez equivalente a 1.4 trillones de
dólares en un período de dos años, hasta alcanzar una tasa de inflación de un
2% anual. Las autoridades japonesas piensan que la mayor liquidez, que
significaría duplicar la base monetaria en ese período, depreciará el yen y
elevará su competitividad, lo que aumentaría las exportaciones y reactivaría la
tercera economía mundial.
El comportamiento del Nikkei ante esa noticia fue positivo,
subiendo el viernes 5 de abril en un 1.58%.
Sin embargo, el inversionista George Soros
calificó como muy peligrosa esa política monetaria japonesa. Y Mohamed El-Erian, del fondo de inversiones PIMCO,
señaló que esa política podría terminar en lágrimas.
Ante los movimientos del dólar, del yen y del euro, los
dominicanos sólo podemos ser espectadores. Pero, por lo menos, debemos adecuar
nuestras políticas para no perder competitividad ni empleos.
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