[Escrito el 16 de octubre de 2015]
Carmen Reinhart,
profesora de Economía Internacional en la Universidad de Harvard, ha escrito un
interesante artículo donde afirma que los países emergentes tienen todos los síntomas
previos a una crisis financiera.
Reinhart
sostiene que, en grados diferentes, los países emergentes están siendo
afectados por la reducción del ritmo de crecimiento económico y de sus
exportaciones; desmonte del boom de precios de los activos; déficits fiscales y
externos crecientes; endeudamiento creciente; y reducción o reversión de los
flujos de capitales. Si se toma el caso de Brasil se puede concluir que tiene
todos los números para sacarse el premio mayor que consiste en una crisis
financiera.
Dice la
profesora de Harvard que todo comenzó a cambiar a partir de 2013 cuando el
banco central de los Estados Unidos dejó claro que aumentaría sus tasas de
interés, lo cual repercutiría negativamente sobre los flujos de capitales hacia
los países emergentes. La desaceleración de China es otro aspecto que influye,
como lo dijo recientemente Christine Lagarde del FMI, sobre la incertidumbre de
la economía global.
Reinhart
señala que otro elemento que puede agravar la situación económica de los países
emergentes es la deuda oculta. Por esta se entiende aquellos compromisos
financieros que no aparecen en las hojas de balance. A ese tipo de
endeudamiento me referí hace unos días cuando comenté sobre la crisis Tequila
en México en 1994.
La
preocupación de Carmen Reinhart aumenta al tomar en cuenta el grado de opacidad
de las transacciones financieras chinas. Y no es para menos, una crisis
financiera proveniente de ese gigante asiático sería catastrófica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario