viernes, 24 de mayo de 2013

Loma Miranda

La explotación de Loma Miranda  hubiese sido un grave error. La extracción del ferroníquel hubiese deteriorado el equilibrio del ecosistema, impactando negativamente sobre la flora de la zona y la capacidad de producción de agua en la isla de Santo Domingo. Esto significa que la explotación generaría ingresos en el presente a los dominicanos, a cambio de deteriorar significativamente la capacidad de supervivencia de nuestros descendientes.

Algunos analistas afirman que el Estado tendría que compensar a Falcondo si no se le permite explotar Loma Miranda. Eso es inaceptable e incorrecto.  

Es cierto que Falcondo tiene una concesión, pero no menos cierto es que en el informe del PNUD, que presenta los resultados de la evaluación del Estudio del Impacto Ambiental elaborado por Falcondo, se demuestra que la empresa minera no está en capacidad de explotar esa zona sin producir un daño ecológico y social irreversible.

Esto es equivalente al caso de una empresa a la cual se le aprueba, por su historial crediticio,  una línea de crédito en un banco. Pero cuando la empresa va a requerir el desembolso presenta unos Estados Financieros que revelan que sería incapaz de devolver el préstamo. A nadie se le ocurriría pensar que el banco debería compensar a la empresa por no querer desembolsarle los recursos del préstamo ya aprobado en forma de línea de crédito. Cabe recordar que el papel del banquero es proteger el dinero de los depositantes; su meta no es satisfacer las necesidades de la empresa que solicita el préstamo y más si sabe que la misma es un crédito de alto riesgo.

La diferencia entre un presidente y un estadista lo determina la profundidad de su visión. El primero toma decisiones que afectan a la generación que conforma la sociedad durante su mandato presidencial. Un estadista, de manera contrastante,  toma decisiones pensando en las generaciones actuales y futuras.
Considero que el presidente Danilo Medina tiene la oportunidad de entrar a la historia como un estadista. 

Con el informe del PNUD, el presidente Medina tiene toda la información para declararle al mundo que el pueblo dominicano está comprometido con la protección del medioambiente y que, como primer mandatario, prefiere renunciar a dos mil millones de dólares ingresos  -que es la parte correspondiente al gobierno durante el plazo de explotación de la mina- si el costo de obtenerlos es el deterioro del ecosistema nacional.

Con esa decisión el país podría dormir tranquilo, pues confirmaría que está siendo gobernado por una persona cuyas disposiciones son medidas económicas y sociales compatibles con el desarrollo humano sostenible. 

2 comentarios:

  1. Es importante, Jaime, las indicaciones que haces que lleva a distinguir entre el tipo de mente que usa un presidente y la que usa un estadista.
    El presidente, en entorno que hablas, no ve más allá de lo que le dictan los datos del momento.
    El estadista va más allá del momento y es atraído por el porvenir, cuyas bases está en el ahora y sale disparado por un disparo hacia lo eterno.
    Si en tu labor de lanzar luces, como dijo Bolivar, fui flashes en la noche.
    Es solo un momento, pero la oscuridad ya no es la única existencia.

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  2. Quise escribir: en el entorno que hablas.
    Y por un empuje hacia lo eterno en lugar de un disparo.

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