El Banco Central decidió en abril mantener inalterada la tasa de
interés de política monetaria en un 5%.
De acuerdo a un comunicado publicado en su página de
internet esa decisión se debió a que la tasa de inflación interanual a marzo se
situó en un 4.97%, quedando en el entorno de la meta para el año 2013.
No obstante, cabe resaltar que las autoridades monetarias
confirmaron en ese documento que durante el primer trimestre de este año las
actividades económicas redujeron su ritmo de crecimiento. De acuerdo a sus
números, el crédito al sector privado en moneda nacional creció a marzo a una
tasa interanual de sólo un 6%, cifra inferior al crecimiento del PIB nominal,
desacelerándose todavía más durante el mes de abril.
En un contexto monetario más amplio se observa que la tasa
de crecimiento de la oferta monetaria M2, que incluye los depósitos a la vista
y otros depósitos en moneda nacional, redujo su tasa de crecimiento de 11.7% en
el período abril 2011 a abril 2012, a un 4.9% en los últimos 12 meses.
Ante esa evidencia, el Banco Central concluye señalando que
“ameritaría tomar medidas que, sin alterar la estabilidad de precios,
contribuyan a estimular la economía.”
Esa afirmación es consistente con una política monetaria más
expansiva, en especial si se toma en consideración que en el mes de marzo las
tasas de interés de los préstamos al comercio, a la vivienda y de tarjeta de
crédito aumentaron.
Evidentemente esa política monetaria más flexible se
traduciría en un tipo de cambio ligeramente más elevado y en mayor tasa de
inflación.
La pregunta que habría que hacer es hasta dónde el Banco
Central estaría dispuesto a permitir que esas dos variables se incrementen a
cambio de estimular la actividad económica. La respuesta, unida a la política
fiscal del gobierno, determinará el ritmo de crecimiento del PIB real durante el
año 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario