lunes, 22 de abril de 2024

¿Es posible alcanzar una tasa de crecimiento de 5.4%?

 [Frente al Statu Quo. Publicado en Diario Libre. 22 de abril de 2024.] 

La respuesta corta es: sí. Es posible alcanzar una tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 5.4% en 2024, tal como pronostica el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la República Dominicana. No obstante, la probabilidad de que ese evento ocurra es baja debido a un conjunto de factores, domésticos y externos, que pueden influir negativamente sobre el desempeño de las actividades productivas del país.

En diversas ocasiones la economía dominicana ha registrado una expansión por encima del 5.4%, situándose la tasa de crecimiento potencial o tendencial alrededor de 5%. Los datos del PIB estimados por el Banco Central para el período 2007-2023 permiten calcular 16 variaciones interanuales a diciembre, entre las cuales se identifican seis ocasiones (38% de los casos) en que se alcanzó una tasa igual o superior a 5.4%.

Para que la economía nacional se expanda al ritmo proyectado por el Fondo, se requiere que las principales actividades productivas tengan un buen desempeño. La ponderación de la construcción (14.7%); el comercio (10.6%); la manufactura local (10.6%); el transporte y comunicaciones (8.3%); y hoteles, bares y restaurantes (6.9%) representan en conjunto 51.1% del PIB. Por tanto, si a esos sectores les va bien, al resto del país también.

Dada la importancia de la construcción en la economía dominicana se puede señalar que una tasa de expansión anual de esa actividad superior a 8% es una condición necesaria, aunque no suficiente, para alcanzar una tasa de crecimiento anual del PIB de 5.4%. Esto significa que se requiere que la construcción explique alrededor del 22% de la tasa de crecimiento proyectada. Para que la construcción crezca por encima del 8% es necesario que se combine un incremento de la inversión pública con una política monetaria flexible que permita un aumento del crédito al sector privado a bajas tasas de interés.

El cambio de postura monetaria hacia una más flexible a partir de junio de 2023 estimuló el crecimiento de la actividad de la construcción. Después de haber registrado una variación negativa en los primeros meses del año pasado, la construcción logró cerrar con un crecimiento de 9.7% en diciembre, pero la expansión anual de ese sector fue de solo 2.1%. Es lógico que con ese bajo nivel de expansión de la construcción, al mismo tiempo que hubo variaciones negativas del valor agregado de la manufactura local y del comercio, el PIB anual solo haya crecido 2.4%.

En los dos primeros meses de 2024 se registró un crecimiento promedio del indicador mensual de actividad económica (IMAE) de 5.4%, debido a que construcción, comercio, manufactura y hoteles, bares y restaurantes han tenido un buen ritmo de crecimiento. Específicamente, la actividad de construcción creció en promedio 8.3% en enero y febrero. La pregunta clave que hay que responder es: ¿podrá expandirse la construcción por encima de 8% durante el resto del año?

La política monetaria de la República Dominicana estará condicionada por la política que ejecute la Reserva Federal de Estados Unidos. Jerome Powell, presidente de la Reserva, ha señalado que ese banco central no reducirá su tasa de interés de referencia hasta que se tenga certeza de que la tasa de inflación se acerca sostenidamente a la meta del 2%. La persistencia de la tasa de inflación, que a marzo se colocó en 3.5% en términos interanuales, provocó que la fecha de inicio del ciclo de ajustes a la baja de la tasa de interés de referencia se haya pospuesto de junio a septiembre. Y ha hecho que en vez de seis ajustes de 25 puntos básicos en 2024, se proyecte que en el mejor de los casos esa tasa de interés de referencia se reducirá en dos ocasiones de 25 puntos básicos, cerrando en el rango que va de 4.75% a 5%.

Visto lo anterior, y dado que la diferencia entre la tasa de interés de referencia del Banco Central y la de la Reserva Federal es de apenas 1.7 puntos porcentuales, contrastando con la diferencia histórica de 4.5 puntos porcentuales, es poco probable que las autoridades monetarias nacionales decidan reducir la tasa de interés de referencia o aprueben un aumento de liquidez para préstamos a tasas de interés bajas. Esto implica que, hasta por lo menos el tercer trimestre del año, no habrá flexibilización monetaria que estimule al sector construcción y a otras actividades productivas. Al contrario, la tasa de interés activa promedio ponderado se mantendrá alta en términos reales, reduciendo la inversión y el consumo del sector privado. Y la tasa pasiva también se mantendrá alta para evitar que se registre una tendencia hacia la sustitución de pesos por dólares que eleve la tasa de cambio, lo cual incrementaría la tasa de inflación; un evento poco deseado por el Banco Central.

Otro factor internacional que reduce la probabilidad de que se alcance la tasa de crecimiento de 5.4% en el país es la posibilidad de que se registren nuevos choques de oferta negativos a nivel mundial. El escalamiento del conflicto en el Medio Oriente y el posible aumento de los precios de los combustibles -y de otros bienes básicos- impactaría negativamente sobre las cuentas externas y las finanzas públicas del país, reduciendo el nivel de la demanda agregada interna que es compatible con la estabilidad de precios.

Lo positivo que tiene el entorno de la economía dominicana es que el FMI proyecta que el PIB de Estados Unidos crecerá 2.7% y que se mantendrá el pleno empleo en 2024. Esto favorece las remesas familiares y asegura un buen flujo de turistas, siempre y cuando el apriete monetario de Powell no repercuta excesivamente sobre la demanda agregada estadounidense.

El neto de la información precedente me lleva a concluir que la probabilidad de que se alcance en la República Dominicana una tasa de crecimiento del PIB de 5.4% en 2024 es baja. Por eso pronostico que lo más probable es que esa tasa se sitúe alrededor de 4.5%.

sábado, 20 de abril de 2024

Dos burbujas peligrosas

[Escrito el 19 de abril de 2024]

El 14 de marzo pasado comenté que la popularización del concepto de inteligencia artificial se estaba traduciendo en una burbuja bursátil. Y señalé que las burbujas, que son anomalías en el mercado de capitales, no pueden sostenerse indefinidamente. El nivel de precio que se alcanza durante la fase expansiva de las burbujas es transitorio y tenderá, tarde o temprano, a converger a un nivel de equilibrio mucho menor.

Las empresas que están introduciendo en sus operaciones la inteligencia artificial, que en realidad son técnicas econométricas denominadas aprendizaje automático, se han promocionado como productores de bienes y servicios que son los mejores, que tienen conocimientos que nadie podrá superar y que ningún competidor los alcanzará en los próximos años. Con eso quieren establecer la idea de que su flujo de efectivo y, en consecuencia, su valor de mercado seguirá subiendo sostenidamente.

Desde el año 2020 he estado señalando que el precio de la acción de Tesla, una compañía fabricante de automóviles que quiere que el mercado la perciba como una compañía de inteligencia artificial, es una burbuja. En diversas ocasiones el precio ha registrado retrocesos importantes, como sucedió el 8 de septiembre de 2020 cuando descendió 21%. El comportamiento reciente del precio de Tesla también ha sido desastroso, pues en lo que va de año 2024 ha caído en casi 41% .

Otra empresa cuyo precio también es una burbuja es el fabricante de chips para videojuegos, Nvidia. El precio de la acción de esa empresa, que se ha beneficiado de manera extraordinaria por el significativo aumento de la demanda de chips generada por la manía de la inteligencia artificial y por el hecho de ser el único suplidor que tenía disponible los chips más útiles para realizar el entrenamiento de los modelos de aprendizaje automático, ha subido de forma exponencial.

A mi entender, como lo comenté el pasado 4 de marzo, el comportamiento de ese precio también se trata de una burbuja que se desinflará. Hoy el precio de la acción de Nvidia cayó en 10%, arrastrando hacia abajo el Nasdaq que retrocedió en 2.1%. Cabe destacar que desde el 25 de marzo el precio de Nvidia ha descendido en 20%, lo cual refleja que algunos inversionistas están convirtiendo en ganancias de capital algo del extraordinario aumento de precios de esa acción. Pienso que el precio de esa acción seguirá bajando en el mediano plazo.

jueves, 18 de abril de 2024

¿Invertir en acciones o en bonos?

[Escrito el 18 de abril de 2024]

Una de las preguntas que me hacen regularmente es en cuál instrumento financiero se debe ahorrar en el extranjero. Por lo general, ese tipo de pregunta la realiza un agente económico que tiene inversiones en pesos, pero desea diversificar su portafolio no sólo tomando en consideración una moneda distinta al peso, sino también evaluando la posibilidad de comprar acciones o bonos de un emisor extranjero.

La respuesta depende de varios factores. Entre ellos se encuentra la preferencia por el riesgo que tenga la persona. Por lo general, esa preferencia o amor por el riesgo se asocia con la edad, las personas de edad más adulta tienen mayor aversión al riesgo que los más jóvenes.

Las acciones son títulos de renta variable cuyo valor fundamental depende del flujo de efectivo que pueda generar esa empresa con sus operaciones a lo largo del tiempo. A mayor valor presente de ese flujo de efectivo, mayor es el valor de ese instrumento financiero.

Las noticias relacionadas con la empresa que emite la acción pueden hacer que el mercado proyecte un flujo de efectivo por encima o por debajo del que realmente puede producir sostenidamente la empresa. Esas noticias pueden llegar a provocar hasta una manía. Si el mercado proyecta un flujo de efectivo por encima de lo normal se puede registrar un incremento de la demanda de esa acción debido a la expectativa de que su precio subirá en el mercado. Y la mayor demanda se traducirá en un aumento del precio de la acción más allá de lo que los fundamentos pueden justificar. Ese comportamiento puede desembocar en una exuberancia irracional, creando una anomalía en el precio del mercado que se denomina una burbuja. Lamentablemente, tarde o temprano esa burbuja termina por desinflarse provocando pérdidas de capital al inversionista.

Por otro lado, los bonos son títulos de renta fija que prometen el pago de un cupón fijo y el capital en fechas acordadas. El precio del bono en el mercado depende de la tasa cupón y de la tasa de interés de mercado que se utiliza como tasa de descuento, tomando en consideración el riesgo de crédito del emisor.

En el caso del mercado de capitales de Estados Unidos se ha registrado desde mediados de marzo del año pasado un aumento significativo del precio de las acciones, en particular de las denominadas siete magnificas empresas tecnológicas. El S&P 500 subió 34% entre marzo de 2023 y finales de marzo de 2024.

Ese crecimiento del precio promedio de las acciones no es sostenible, por eso pienso que debe registrarse en los próximos meses una corrección a la baja. Ante ese posible evento recomiendo que lo ideal es invertir en bonos corporativos o soberanos, tomando en consideración el nivel de riesgo del emisor. Mucha suerte. 

A un ritmo de crecimiento constante, pero lento

[Escrito el 17 de abril de 2024]

El Fondo Monetario Internacional publicó hoy su informe actualizado de perspectivas de la economía mundial en el cual se indica que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) va a un ritmo constante, pero lento. Esto es previsible dado que se mantienen elevadas las tasas de interés en términos reales.

De acuerdo con los pronósticos del Fondo la economía global se expandirá en 3.2% en 2024 y 2025; esto significa que se prevé se mantenga un ritmo de crecimiento similar al registrado en 2023. Con relación a la tasa de inflación el Fondo proyecta que la tasa de inflación seguirá descendiendo. Específicamente, se estima que la inflación mundial pasará de 6.8% en 2023 a 5.9% en 2024 y 4.5% en 2025. Los países más avanzados no llegarán a su meta de inflación este año.

Estados Unidos, principal socio comercial de la República Dominicana, mejorará su tasa de crecimiento económico, pasando de 2.5% en 2023 a 2.7% este año. Lamentablemente, se proyecta que en 2025 habrá una desaceleración del ritmo de crecimiento del PIB, situándose en 1.9%. Esto impactaría negativamente sobre la economía dominicana y más si aumenta el precio del petróleo por un escalamiento del conflicto bélico en el Medio Oriente.

La eurozona, fuente importante de turistas que llegan al territorio nacional, mejorará su crecimiento, pero seguirá por debajo del 1% anual. Alemania, el motor de la eurozona, apenas se expandirá en 0.2% este año.

China y la India exhibirán una desaceleración del crecimiento económico en 2024. El crecimiento chino pasará de 5.2% en 2023 a 4.6% en 2024. La India pasará de 7.8% a 6.8% en el mismo período. 

El FMI proyecta que el crecimiento económico de América Latina y el Caribe se reducirá, pasando de 2.3% en 2023 a 2% en 2024. El informe solo presenta la proyección de las grandes economías de la región latinoamericana, pero pienso que para el caso de la República Dominicana el Fondo estaría proyectando para este año un crecimiento por encima de 5% (Actualización: El Banco Central publicó posteriormente que el FMI proyecta un crecimiento económico de 5.4%). Es muy probable que en el informe de octubre se corrija un poco a la baja ese crecimiento dominicano debido a que se mantendrán elevadas por más tiempo las tasas de interés reales.

miércoles, 17 de abril de 2024

Por ahora no bajarán las tasas de interés

[Escrito el 16 de abril de 2024] 

Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, lo dejó bien claro. “Los datos recientes [de inflación] claramente no nos han dado una mayor confianza y, en cambio, indican que es probable que se tarde más de lo esperado en lograr esa confianza.”

Esto significa que mientras las autoridades monetarias no tengan información contundente de que la tasa de inflación se mueve sostenidamente hacia la meta, no se iniciará el ciclo de reducción de la tasa de interés de referencia. Con esa posición de la Reserva quedan enterradas las expectativas del mercado que existían en enero de que se realizarían hasta seis ajustes a la baja de la tasa de interés.

El nivel de 3.5% alcanzado por la tasa de inflación interanual a marzo, calculada en base al índice de precios al consumidor, ha enviado una señal de que los precios siguen mostrando una presión ascendente que proviene del mercado de bienes y servicios. La próxima semana se publicará la inflación medida por la variación interanual a marzo del índice de precios de gastos de consumo, que es el indicador preferido por la Reserva Federal, y se prevé que sea de 2.5% al igual que en febrero.

El hecho de que la economía de Estados Unidos se encuentra en pleno empleo con una tasa de desocupación de apenas 3.8%, que se traduce en una variación interanual de los ingresos por hora de 4.1%, lleva a las autoridades monetarias a pensar que reducir la tasa de interés en el muy corto plazo pudiera desatar una demanda adicional que aleje la inflación observada de la meta del 2%.

Esa situación económica ha reducido la probabilidad de que en junio se reduzca la tasa de interés de política de un 72% a menos de 20%; incluso la probabilidad de que las autoridades la reduzcan en julio cayó a un 45%. En consecuencia, septiembre es la fecha más probable de arranque del ciclo de reducción de la tasa de interés, la cual se prevé se ajuste solo dos veces en el año, cerrando en el rango que va de 4.75% a 5%.

Esa información me lleva a pronosticar que en la República Dominicana las tasas de interés, activa y pasiva, se mantendrán con una tendencia ligeramente ascendente durante los próximos meses.

martes, 16 de abril de 2024

Nerviosismo ante la posible reacción de Israel

[Escrito el 15 de abril de 2024]

El 2 de abril comenté que la decisión de Israel de despacharse a un grupo militar iraní, encargado de actividades terroristas en el Medio Oriente, podía provocar un choque de oferta negativo a nivel global. El sábado pasado, Irán atacó Israel mediante el lanzamiento de casi un millar de misiles, cohetes y drones. Afortunadamente, Estados Unidos, el Reino Unido, Francia e Israel lograron evitar que el 99% de esos proyectiles hiciera impacto.

Las autoridades de Israel han señalado que realizarán un contrataque, seguramente en base a la expresión “ojo por ojo, diente por diente”, que sintetiza la ley del talión. Estados Unidos y Europa están tratando de disuadir a Israel. Esos países desarrollados no quieren que el conflicto en el Medio Oriente siga escalando, pues ese posible evento tendría consecuencias nefastas a nivel global. Nadie saldría ganancioso de un conflicto armado de envergadura regional que tenga el potencial de incluir países que le otorguen una dimensión mundial.

Ante la posibilidad de retaliación de parte de Israel y el impacto que esto tendría sobre la disponibilidad de combustible producido en esa región, la volatilidad subió de manera impactante. El VIX, un índice de volatilidad de los títulos de renta variable, subió en 11%, cerrando el día en 19.23, el nivel más alto desde octubre de 2023.

El mercado bursátil reaccionó a la baja. El Dow retrocedió 0.7%; el S&P 500 cayó 1.2%; y el Nasdaq descendió 1.8%. Los precios de las siete magnificas -empresas altamente tecnológicas- cayeron más que el promedio del mercado. Específicamente, las variaciones fueron:  Tesla, -5.6%; Nvidia, -2.8%; Meta, -2.3%; Apple, -2.2%; Microsoft, -2%; Alphabet, -1.8%; y Amazon, -1.4%.

De manera contrastante, el precio del oro subió 0.8%, superando la onza troy los 2,400 dólares. Esa es la típica reacción cuando los capitales se mueven hacia un activo considerado como seguro en medio de la incertidumbre provocada por una posible guerra. Por otra parte, el precio del barril de petróleo West Texas subió 0.5%, llegando a los 85.78 dólares. En función de lo que ocurra con la retaliación de Israel evolucionará el precio del crudo; variable que afecta de manera directa y negativa las cuentas fiscales y externas dominicanas.

lunes, 15 de abril de 2024

El costo de la incompetencia

 [Frente al Statu Quo. Publicado en Diario Libre. 15 de abril de 2024]

Las medidas adoptadas para evitar la propagación del covid-19 tuvieron un impacto recesivo a nivel global. En la República Dominicana la actividad turística cayó 47.5% en 2020, pero ese deterioro no amilanó al sector privado ni al equipo que había seleccionado el presidente Luis Abinader para dirigir al Ministerio de Turismo. Entre todos los interesados se pusieron a trabajar eficientemente para recuperar el flujo turístico, registrándose entre 2021 y 2023 una tasa de crecimiento promedio anual de su valor agregado de 25.7%.

La experiencia positiva del turismo contrasta con el comportamiento negativo de las actividades de minería y energía.

La minería se desplomó en los cuatro años comprendidos entre 2020 y 2023, registrando su valor agregado una variación promedio anual de -9.2%. En los dos primeros meses de este año y con el precio del oro en nivel récord de 2,371 dólares por onza troy, la actividad minera presenta una variación de -15.9%. Entre 2020 y 2023, las exportaciones de oro se redujeron en 31.5%, a pesar de que los precios aumentaron casi 9%.

El sector eléctrico, también responsabilidad del Ministerio de Energía y Minas, está en una grave crisis. Las pérdidas operativas de las empresas distribuidoras de electricidad se incrementaron de 29% en 2019 a 40% en 2023, obligando al gobierno central a destinar anualmente 1,500 millones de dólares en forma de subsidios para mantenerlas a flote. Entre 2021 y 2023 se registró un déficit acumulado superior a los cuatro mil millones de dólares, lo cual representa casi la mitad del déficit gubernamental.

Desde agosto de 2020 no se ha instalado un solo megavatio de generación de energía base. Los procesos de licitación han sido muy mal elaborados y se han enfocado en proyectos que, en el mejor de los casos, comenzarán a producir electricidad en 2026. En agosto de 2021, publiqué un artículo sobre los escollos que tendrían los proyectos de generación eléctrica localizados en Manzanillo y recomendé que se instalara en el sureste del país, en el área de influencia del gasoducto, un proyecto de generación de 400 MW que utilizara gas natural. No se hizo nada.

Otra muestra de la incapacidad del liderazgo del Ministerio de Energía y Minas, que encabeza Antonio Almonte, es la pésima gestión -tanto operativa como administrativa- de la Central Termoeléctrica Punta Catalina entre el 18 de agosto de 2020 y el 28 de octubre de 2021. Basta con recordar que esa administración permitó que la planta se quedase sin carbón, provocando una pérdida de centenares de millones de dólares, pues fue necesario comprar de urgencia ese combustible a precios elevadísimos.  

Afortunadamente, el presidente Abinader intervino directamente en el sector eléctrico para reducir la intensidad de la crisis. Designó como cabeza del gabinete eléctrico a la vicepresidenta Raquel Peña, la funcionara más eficiente de su administración, y nombró a finales de 2021 como administrador de Punta Catalina a Celso Marranzini, un empresario con amplia experiencia en el sector eléctrico, quien logró recuperar el buen desempeño de esa empresa llevándola a tener nuevamente beneficios anuales de 240 millones de dólares. Posteriormente, el presidente le quitó a Almonte la responsabilidad de las empresas distribuidoras de electricidad y se la asignó a Marranzini.

Ante ese terrible desempeño cómo Ministro cabe preguntar, ¿a que se ha dedicado Antonio Almonte en estos cuatro años? A criticar a Punta Catalina.

En declaraciones recientes recogidas por la prensa nacional, el señor Almonte afirmó que según una “auditoría” el costo de construcción de Punta Catalina fue de 3,400 millones de dólares. Me extraña que haya vuelto a decir esa falacia, pues cuando se constituyó el Fideicomiso de Punta Catalina se registró como aporte al patrimonio un monto de 2,341 millones de dólares, es decir, mil millones de dólares menos de lo que según el ministro costó su construcción. Incluso sería bueno que se informe públicamente cuál es el valor total de los activos de Punta Catalina declarados en su registro mercantil.

Almonte sabe que lo que dice no es correcto. En diversas comunicaciones que recibió como líder del sector eléctrico desde agosto de 2020 se le informó que la suma pagada al Consorcio constructor, que es el costo de Punta Catalina, fue de 2,454 millones de dólares.

A la suma anterior, la empresa que realizó el informe de servicios relacionados, que no es una auditoría, le añade partidas que denomina “otros costos del dueño”, que incluyen los costos hundidos incurridos durante la licitación así como los costos del carbón, de la cal, los repuestos, servicios de supervisión y otros insumos utilizados para generar electricidad. Es extraño que los expertos contratados por el Ministerio de Energía y Minas hayan tomado en consideración los costos, pero no hayan tomado en cuenta los ingresos millonarios que obtuvo la CDEEE al colocar en las redes la electricidad que produjo Punta Catalina utilizando esos insumos durante la fase de pruebas que inició el 27 de febrero de 2019. Estoy seguro de que los ingresos superan los “otros costos del dueño”, lo cual reduce el costo neto de la inversión.

En su informe, la firma añade también los gastos de intereses de los recursos utilizados en la construcción de esa importantísima generadora de electricidad, a diferencia de cómo se contabilizan los costos de otros proyectos de inversión pública, como el metro, teleférico, monorriel, presas, carreteras, elevados, hospitales y viviendas.

La irracionalidad de Almonte llega a su máximo cuando señala que la suma pagada por la construcción de Punta Catalina está muy próxima a lo que cuesta “un reactor nuclear de mediana capacidad”. Le recomiendo a Almonte que investigue mejor y se dará cuenta de que en 2023 el costo de capital del megavatio de una planta a carbón en Estados Unidos fue de 3.2 millones de dólares, mientras que el megavatio instalado de una nuclear fue de 8.5 millones de dólares. El costo de Punta Catalina fue menos de 3.1 millones de dólares por megavatio, le guste o no le guste al peor funcionario de la presente administración, cuyo único objetivo es dañar la imagen de la joya de la corona del sector eléctrico nacional.