lunes, 27 de febrero de 2017

Corrupción y política de competencia

[Escrito el 3 de enero de 2017]

Una parte significativa de la corrupción está vinculada con el desplazamiento de la competencia. En muchas ocasiones la corrupción se origina porque una empresa quiere ganar un concurso público sin tener que competir con otras empresas.

El impacto de esa estrategia es negativo porque reduce el nivel de bienestar de la sociedad. El costo de la obra, o del bien adquirido, es mayor al que se pudiera obtener sin corrupción y en un entorno de alta competencia. En consecuencia, se traslada dinero del contribuyente a los bolsillos de funcionarios corruptos y a los de un oferente que no es el óptimo.

El caso de Odebrecht es ilustrador. Esa empresa fue sometida a juicio en los Estados Unidos porque sobornó en los últimos 15 años a funcionarios públicos de varios países de América Latina con el objetivo de ganar concursos millonarios de construcción de obras.

El mecanismo de soborno permitió a la empresa brasileña desplazar a los competidores estadounidenses. Esto llevó a que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos presentase un caso criminal en contra de Odebrecht logrando una sanción de hasta 4,500 millones de dólares. En abril 17 de este año se conocerá el monto final de la sanción a ser distribuida entre Brasil, Suiza y los Estados Unidos.


De esto se desprende un conjunto de lecciones para los países en que se llevó a cabo el soborno. En primer lugar, es necesario fortalecer el sistema de contrataciones y compras públicas. En segundo lugar, es imprescindible aplicar adecuadamente la política de competencia. Y, en tercer lugar, es indispensable fortalecer el sistema judicial para que se pueda sancionar severamente todos los casos de corrupción. 

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