jueves, 22 de agosto de 2013

Crecimiento y pobreza: recomendaciones al debate

En estos días se ha estado llevando a cabo un interesante debate sobre la relación del crecimiento económico y la pobreza.

El economista Miguel Ceara publicó un documento donde afirma que, a pesar del crecimiento económico registrado en la República Dominicana en la década del 2000, la cantidad de pobres aumentó.  Específicamente señala que la población pobre se incrementó por un factor de 1.5 entre 2000 y 2012. Y afirma que la desigualdad de ingresos es una de las peores de toda América Latina. 

El Banco Central, por su parte, sostiene que la pobreza se ha reducido después de la crisis bancaria de 2003-2004. Sus funcionarios afirman que para que se reduzca más rápido hay que combinar tres factores: crecimiento real y sostenido, programas focalizados de asistencia social y aumento de los salarios reales.  Y sostienen que si los salarios mínimos reales en la República Dominicana hubiesen crecido a un ritmo anual similar al de América Latina -un 4.7%- la incidencia de la pobreza sería inferior en 10 puntos porcentuales, colocándose alrededor de un 30%. La posición del Banco Central se encuentra en documento 1 y documento 2

Como aporte al debate quiero decirles que el análisis de la pobreza debe basarse en el Índice Foster-Greer-Thorbecke (FGT), el cual permite obtener la incidencia, brecha y severidad de la pobreza. Recomiendo la lectura de Foster, J. et al. (1984), “A Class of Decomposable Poverty Measures.” Econometrica, Vol. 52 y de Foster, J. y A. Shorrocks (1988), “Poverty Orderings.” Econometrica, Vol. 56.
                            
       
La incidencia es la proporción de personas cuyos ingresos está por debajo de la línea de pobreza. En este caso:  

La brecha mide la “profundidad” de la pobreza y refleja la distancia promedio de los ingresos de las personas pobres a la línea de la pobreza. En este caso:




La severidad cuantifica el deterioro de las condiciones de vida de los más pobres al transferir ingresos a los menos pobres. Es la brecha de la pobreza ponderada por la distancia de la persona pobre con respecto a la línea de pobreza. En este caso:


El uso de la cantidad de personas pobres o no pobres para analizar la evolución de la pobreza es distorsionante y más cuando se compara el desempeño de países con diferentes tasas de crecimiento poblacional. Ejemplo. Dos países con igual incidencia de pobreza y con diferentes tasas de crecimiento poblacional tendrían diferentes indicadores  del cambio de la población pobre y no pobre (i.e., los múltiplos que usa Ceara en su Cuadro No. 1). Sin embargo, el indicador incidencia de la pobreza NO se afectaría por las diferencias entre las tasas de crecimiento de la población de cada país.

Como nota al margen diría que la comparación de los indicadores de pobreza de países diferentes debe hacerse con mucho cuidado, controlando por muchos factores que pueden afectarlos aparte de la política económica y social. Además, los resultados son difícilmente comparables por la diversidad en las definiciones y supuestos relacionados con la línea de pobreza, las fuentes de ingreso consideradas y  la correcta valoración de los subsidios.

Por otra parte, pienso que la forma en que -en el debate Banco Central-Ceara- se compara “la magnitud” de las crisis económicas de diversos países puede ser mejorada. Para cuantificar la magnitud de la crisis de 2003-2004 recomendaría que se utilice, además del PIB y la tasa de inflación, el salario real–como hace el banco central- y la variación de la desigualdad de los ingresos (factoriales y no factoriales) provocada por los cambios de los precios relativos y la política social.

Recomiendo que ambas partes profundicen su análisis del crecimiento y la pobreza incluyendo el impacto de los flujos migratorios haitianos sobre el salario real y la distribución de los ingresos. Esa inmigración aumenta el retorno del capital y reduce el salario, por lo tanto, hace que el crecimiento económico sea más inequitativo.  Como aporte recomiendo la lectura del siguiente documento: Aristy-Escuder, J. (2010), “Impacto de la inmigración haitiana sobre el mercado laboral y las finanzas públicas de la República Dominicana.” Documento de Trabajo. Universidad de Alcalá. Instituto de Estudio Latinoamericanos (IELAT)  

A ambas partes les recomiendo que realicen un ejercicio de descomposición del cambio de la incidencia de la pobreza en un efecto crecimiento y un efecto distributivo.  Esto les permitiría determinar, de manera definitiva, si el crecimiento económico ha sido o no bueno para reducir la pobreza en la República Dominicana.  

Algunos documentos que explican la metodología de esa descomposición y la aplican al caso dominicano son:

1) Aristy-Escuder, J. y A. Dauhajre (1998), “Efectos de las políticas macroeconómicas y sociales sobre la pobreza en la República Dominicana.” En E. Ganuza, L. Taylor y S. Morley (1998). Política Macroeconómica y Pobreza en América Latina y el Caribe. PNUD. CEPAL. BID. Ediciones Mundi Prensa. España.

2) Banco Central (1999), Situación de la pobreza y Distribución del Ingreso en la República Dominicana. Santo Domingo, República Dominicana.

3) PNUD (2000). Desarrollo Humano en la República Dominicana. PNUD. República Dominicana. [Este es el primer Informe de Desarrollo Humano de la República Dominicana.]

Por último, les dejo con algo que escribí en los años noventa: Para reducir la pobreza “es imprescindible combinar políticas que promuevan el crecimiento económico con políticas que reduzcan directamente –y en el corto plazo- la situación de pobreza.” Además de una política macroeconómica que mantenga la estabilidad de precios y promueva el empleo con mayores salarios,  afirmé que “las políticas sociales deben enmarcarse en una estrategia de focalización y acercamiento al beneficiario.” Esas notas sirvieron de fundamento a lo que posteriormente se traduciría en la Tarjeta de Solidaridad.


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