viernes, 4 de diciembre de 2015

Brasil hacia el peor de los mundos

[Escrito el 4 de diciembre de 2015]

Hace más de cuatro años comenté que la política económica de Brasil no era sostenible. Sus autoridades ejecutaron una política de expansión del gasto público basada en la fase ascendente del ciclo de los precios de los bienes básicos. Esto originó una estructura de gastos públicos que ahora es, con el deterioro de los términos de intercambio, difícil de desmontar.

Brasil está pasando por una grave recesión. Su producto interno bruto ha caído en un 4.5%, colocándose la tasa de desempleo en un 8%. La recesión económica se combina con aumentos de precios generalizados, que elevan la tasa de inflación a un 9.9%, para llevar a Brasil hacia el peor de los mundos: estanflación.

La situación anterior se complica por la existencia de un déficit público equivalente a un 6% del PIB. Esto significa que es necesario realizar un ajuste fiscal que implicará recortes de gasto público y aumentos de impuestos. La ejecución de esas medidas de consolidación fiscal repercutiría negativamente sobre la actividad productiva.


Los escándalos de corrupción público-privada han debilitado el gobierno de Dilma Rousseff. Ella no dispone del apoyo necesario en el Congreso para lograr que se aprueben las medidas fiscales, en especial los aumentos de impuestos. Ante esa situación, la Rousseff ha iniciado la reducción de algunos gastos para tratar de recuperar la confianza de los inversionistas internacionales, quienes hace algunos años inundaron el mercado de capitales brasileño con miles de millones de dólares y ahora se alejan rápidamente de Brasil. 

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