[Escrito el 24 de noviembre de 2015]
El
presidente electo de Argentina Mauricio Macri tiene grandes retos para
enderezar el rumbo económico de su país. Hoy les mencionaré dos de los más
urgentes.
La
consolidación fiscal es su principal reto. El gobierno de la Kirchner proyecta
que el déficit fiscal será de 3.5% del PIB. La realidad es que no se conoce con
exactitud la situación financiera del Estado. A mí no me sorprendería si el
déficit público supera el 6% del PIB. Esto obligaría al presidente Macri a
realizar una reforma tributaria y adoptar medidas de austeridad que reducirían
la actividad económica.
La gestión
adecuada del mercado cambiario es otro gran desafío. En Argentina el mercado oficial es de 9.67
pesos por dólar y el del mercado negro se mueve alrededor de 15.07 pesos por
dólar. Esto implica una posible devaluación del peso argentino de hasta un 56%.
Ese evento se traduciría en un fuerte aumento de precios, que podría llevar la
tasa de inflación por encima de un 30% en 2016, lo que reduciría el poder
adquisitivo de los ingresos de los argentinos.
Cabe
destacar, sin embargo, que el ajuste del tipo de cambio promoverá las
exportaciones y el empleo. Los exportadores agrícolas se beneficiarán
significativamente, pues la rentabilidad de sus cosechas será mayor. Esto
promoverá las ventas al exterior y la entrada de divisas, lo cual revertirá la
depreciación inicial del peso argentino y tenderá a estabilizarlo alrededor de
su verdadero nivel de equilibrio.
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