[Escrito el 19 de noviembre de 2015]
Europa ha
decidido crear un plan de resolución que evite costos para los contribuyentes
cuando quiebre un banco grande. Ese plan es equivalente a un testamento
bancario.
La noticia,
que tomé de El País, establece que los accionistas, acreedores y los grandes
depositantes tendrán que pagar la factura de la caída de los bancos. Esto
evitará que el dinero público, es decir, del contribuyente tenga que ser
utilizado para rescatar la entidad financiera cuando ésta sea considerada
demasiado grande para caer.
El Banco de
España ha preparado el testamento de los bancos Santander, BBVA, y Caixabank.
Para elaborar esos planes de resolución se utilizan escenarios de elevada
volatilidad y cierre de llaves de liquidez como lo ocurrido durante la crisis
financiera de 2008. Esto elevará el compromiso de los accionistas y acreedores
con los pequeños depositantes, a quienes se les devolvería su dinero en caso de
quiebra de la entidad financiera.
Los bancos
deben tener recursos suficientes propios para absorber las pérdidas económicas
derivadas de escenarios altamente improbables. Esto significa más capital
regulatorio y más activos fácilmente transformables en dinero líquido. De
acuerdo al Banco de España, los tres bancos españoles citados, ya cumplen con
el requerimiento mínimo de fondos propios y pasivos elegibles.
Estas
medidas se desprenden como lección del elevado costo fiscal provocado por la
crisis financiera de 2008. A partir de ahora, el costo de la mala gestión de
los grandes bancos será únicamente responsabilidad de los accionistas y
acreedores.
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