[Escrito el 7 de junio de 2016]
Muchas
personas han comenzado a decir que los precios de los combustibles comienzan a
perder su belleza. No es lo mismo un barril del petróleo a 27 dólares que a 50
dólares. Por eso cuando el dominicano va a la estación de expendio de
combustibles dice que “la cosa se está poniendo fea.”
El aumento
de los precios del crudo reduce el poder adquisitivo de la población. Esa
variación de precios hacia arriba es equivalente a un efecto riqueza negativo.
Los consumidores tienen que utilizar una mayor parte de sus ingresos para
adquirir la misma cantidad de gasolina o gasoil, disminuyendo la cantidad de
otros bienes y servicios que puede adquirir. En consecuencia, se reduce la
demanda agregada y se contrae el ritmo de actividad económica.
Los
aumentos de precios del crudo se explican por la reducción de la oferta
internacional. Específicamente, debido a problemas en Canadá y Nigeria se ha
reducido en 3 millones de barriles diarios la oferta de crudo. Dada la demanda
de combustibles, la menor oferta presiona hacia arriba el nivel de precios.
De acuerdo
a los expertos internacionales el precio del petróleo se mantendrá oscilando
entre 50 y 60 dólares. Es poco probable que supere ese rango porque a partir de
los 50 dólares entra al mercado la oferta de petróleo esquisto, que tiene un
costo de producción entre 30 y 50 dólares por barril. Esto sugiere que, si bien
el petróleo puede encarecerse algo más, lo hará en menor porcentaje de lo que
aumentó entre enero y junio de este año.
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