martes, 27 de febrero de 2024

La importancia de tener un empleo y otros ingresos no laborales

[Escrito el 26 de febrero de 2024]

La reducción de la tasa de pobreza monetaria que se registró en 2023 revela la importancia de tener un empleo y recibir otros ingresos no laborales. De acuerdo con datos publicados en el más reciente boletín de estadísticas oficiales de pobreza monetaria elaborado por el Comité Técnico Interinstitucional de Medición de Pobreza, se confirma que el crecimiento del ingreso de los hogares es la clave para reducir la pobreza.

La incidencia de la pobreza general, medida por la cantidad de pobres como porcentaje de la población total, disminuyó 4.7 puntos porcentuales al pasar de 27.7% en 2022 a 23% en 2023. La variación de la pobreza se puede descomponer en tres partes: efecto ingresos; efecto desigualdad; y efecto precios. Un aumento de los ingresos reduce la pobreza; una reducción de la desigualdad también la reduce; y un incremento de los precios la eleva.

Entre 2022 y 2023, la desigualdad de ingresos, medida por el coeficiente de Gini, se deterioró ligeramente, lo cual revela que los ingresos de los más ricos aumentaron más rápido que los ingresos de los más pobres, en especial en las zonas urbanas del país. La mayor desigualdad de ingresos provocó una presión hacia arriba de la incidencia de la pobreza en 0.8 puntos porcentuales.

Por otro lado, a pesar de que la tasa de inflación disminuyó situándose en 3.6% en 2023 el índice de precios al consumidor aumentó, elevándose el nivel de la línea de la pobreza, la cual pasó de 7,345 pesos en el cuarto trimestre de 2022 a 7,645 pesos en el mismo período de 2023. El efecto inflación explica un aumento de 2.2 puntos porcentuales en la incidencia de pobreza.

Hasta ahora los dos efectos anteriores suman un aumento de tres puntos porcentuales en la pobreza. Afortunadamente, los hogares registraron un aumento de los ingresos que ayudó a mejorar sus condiciones de vida. El efecto ingreso tendió a reducir la pobreza en 7.7 puntos porcentuales.

Los datos anteriores ponen de manifiesto que el efecto ingreso, que está estrechamente relacionado con el aumento del empleo y de los salarios, fue la clave para que la pobreza se redujese en 4.7 puntos porcentuales en 2023.

Al profundizar más sobre los ingresos de los hogares se observa que las remesas familiares, destacándose las que llegan del extranjero que ascendieron a 10,157 millones de dólares el año pasado, ayudan a reducir la pobreza en 2.2 puntos porcentuales; es decir, sin esas remesas en vez de una incidencia de pobreza de 23% se hubiese registrado una tasa de pobreza de 25.2%.

Asimismo, los datos confirman que las transferencias del Estado a los hogares, a través del programa de asistencia escolar y de las transferencias monetarias, ayudan a reducir la pobreza en 4.5 puntos porcentuales; es decir, sin esas transferencias del Estado la tasa de pobreza en vez de ser 23% sería de 27.5%.

Esa evidencia demuestra la gran importancia que tiene el ingreso, tanto laboral como el no laboral, para reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de la población.

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