[Escrito el 9 de noviembre de 2020]
La semana pasada comenté que los mercados
bursátiles miran hacia adelante y reflejan las expectativas de los agentes
sobre la política económica. Dado que el precio de las acciones depende del
flujo libre de efectivo que generan las empresas, el cual está estrechamente
relacionado con el nivel de beneficios, una política económica que estimule el
empleo, la inversión, la innovación, la producción y las ventas eleva los
precios de las acciones y, por lo tanto, incrementa los indicadores bursátiles.
La victoria de Joe Biden, junto a la noticia de
que la vacuna de Pfizer contra el Covid-19 es efectiva en el 90% de los casos,
ha generado un ambiente optimista en los Estados Unidos que se manifestó eufóricamente
en el mercado bursátil. Hoy el Dow Jones, después de haber estado subiendo un
4.9%, cerró el día avanzando un 2.95%; el S&P subió 1.2% y el Nasdaq retrocedió
1.5%.
Tal como habíamos comentado, la victoria de
Biden beneficiaría principalmente a las acciones de valor (value stocks), que
son las de empresas que están subvaluadas en la actualidad, mientras que
tendería a reducir los precios de las tecnológicas, que son las que mayor ritmo
de crecimiento e innovación han registrado en la etapa ascendente del ciclo
bursátil. Un dato que debe tomarse en consideración es que las tecnológicas
retrocedieron hoy debido a que se espera que la aplicación de la vacuna permita
la recuperación de los comercios y actividades presenciales vs. los mercados y
oferentes virtuales, como Amazon (-.6%), Zoom (-17.4%) y Netflix (-8.6%).
Asimismo, se espera que mejore la industria turística -Carnival (39.3%)-, que
incluye los parques de diversión -Disney (11.9%)-, y que mejoren las acciones
de la industria financiera -JP Morgan (13.5%).
El optimismo del mercado con la victoria de
Biden se mantendrá siempre y cuando se logre un contrapeso en el Senado. Si
cuando finalice el conteo y reconteo de votos, los demócratas tienen la mayoría
del Senado, o quede 50-50 con el voto de desempate de Kamala Harris, es muy
probable que el mercado se sienta nervioso por el posible incremento de
impuestos y la aprobación de regulaciones excesivas sobre sectores clave como
energía y finanzas. En otras palabras, el sector empresarial estadounidense
vería con buenos ojos un Senado Republicano que tenga el contrapeso suficiente
para controlar la tendencia excesivamente progresista o izquierdista de algunos
congresistas y de futuros miembros del gabinete de Biden.
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