[Escrito el 2 de noviembre de 2020]
Hoy arrancó el año escolar en la República
Dominicana. Y tal como habíamos pronosticado, inició utilizando la tecnología de
educación a distancia de hace cincuenta años: radio, televisión y cuadernillos.
El gobierno del presidente Luis Abinader no pudo cumplir la promesa realizada
al país desde el Palacio Nacional el pasado 24 de agosto, cuando se dijo que se
comprarían dos millones de computadoras portátiles y tabletas para entregarlas
a los estudiantes preuniversitarios del sistema escolar público.
En ese momento comenté que esa sería una de las
primeras promesas incumplidas del presidente Abinader. Y así ha sido. Los
estudiantes y maestros que tienen ese tipo de equipos fueron los que se
beneficiaron de las que adquirió el gobierno anterior.
A pesar de ese fracaso, el ministro de
Educación mantiene su optimismo en el modelo de enseñanza a distancia
denominado “Aprendamos en Casa,” en el cual, según Fulcar, la nación se
convierte en una gigantesca escuela. Ese optimismo es tan grande, que lo lleva
a soñar en materia de educación, con “cerrar brechas y procurar calidad sin que
nadie se quede atrás.”
El ministro de Educación dijo esta mañana que,
el dos de noviembre de 2020, “quedará grabado en la historia…”, como el día en
el cual se ratifica que ese sueño y promesa se cumplirán, pues el Covid-19 no
impedirá lograr ese propósito. Sin lugar a duda, un discurso emotivo, que se
puede catalogar como una clara manifestación de la utopía de Fulcar en materia
educativa.
Hay que señalar que algo es mejor que nada.
Pero lo que se logrará en materia educativa, como producto de las clases a
distancia que se impartirán en los próximos meses por radio y televisión, está
muy lejos de lo que se requiere para alcanzar el sueño del ministro de
Educación. La brecha de conocimiento entre aquellos que van a escuelas élite de
los que van a escuelas públicas, o privadas pequeñas, aumentará este año. No afirmo
que la educación virtual usando computadoras e internet sea lo mejor, digo que
es menos mala que la educación a través de radio y televisión, pues permite
cierto nivel de interacción con el maestro.
Algo que ha quedado claro a nivel internacional
es que el maestro dentro del aula sigue siendo el principal insumo del proceso
de producción de conocimiento y capacidad de razonamiento. Recomiendo que el
gobierno de Abinader se concentre al máximo en seguir apoyando la formación de
los maestros actuales, al mismo tiempo que estimula la entrada de buenos
bachilleres al magisterio. Pienso que colocar buenos maestros dentro del aula
es la mejor manera de alcanzar el sueño del ministro Fulcar.
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